Trabajar en los medios de comunicación y estar de vacaciones significa muchas veces no poder desconectar. El período vacacional, tan ansiado para poder dejar a un lado el estrés, las frustraciones y las preocupaciones, se convierte en una preocupación más al encontrarte en un país extranjero, sin roaming en el móvil y sin redes wi-fi la mayor parte del tiempo. No hay nada peor que sentirse aislado del mundo cuando estás acostumbrado a recibir información de manera constante. Las redes sociales,esa herramienta de comunicación punto a punto que nos permite comunicar y relacionarnos con los demás de forma directa y simultánea, ha venido a saturarnos de información de manera reiterativa y machacona algunas veces. Menos mal que uno puede elegir qué leer, ver, escuchar o enlazar y en qué momento. No hay nada peor en la experiencia online que ser bombardeado sin piedad por la misma noticia, el mismo post o el mismo vídeo de moda una y otra vez en Facebook, Twitter, Google +… Es el peligro de la promoción vía red social: que la misma información se repita en varios o el mismo canal y deje de interesar al receptor, que acabe deseando aislarse o aislar al emisor. El equilibrio y la mesura, tanto en la web como en la propia vida, es clave. De esa forma puede uno desconectar y relajarse; en la red o en vacaciones.
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