Ajami es un barrio situado en Jaffa, en Tel Aviv; ahí habitan y convergen diversas culturas y religiones: judios, cristianos, musulmanes; israelíes, árabes, palestinos; y la mezcla de unos y otros. Ajami es también el nombre de la película dirigida por el israelí Yaron Shani y el palestino Scandar Copti.
La cinta narra, por medio de una historia coral, el diario vivir de los habitantes de aquel barrio.
No se trata de una película sobre el conflicto palestino-israelí, ni sobre los problemas religiosos; es un relato que muestra como las personas tienen que convivir con la violencia y como los que pretenden estar al margen son arrastrados por una fuerza que es incontenible.
La acción se desata cuando un tipo entra a pedir el impuesto a un negocio; con metralleta en mano exige que el dueño le pague tributo, pero antes de hacer valer su posición uno de los clientes le da muerte, lo que provoca que los miembros de su familia busquen venganza.
El tiene puntos de contacto con títulos como: Ciudad de Dios; Pandillas de Nueva York; El callejón de los milagros, por ejemplo; pero a la violencia provocada por el desarrollo del crimen organizado, agrega la complejidad de la convivencia entre etnias históricamente distanciadas, por los motivos que todos conocen.
Al igual que en Ciudad de Dios, los personajes son interpretados por actores afcionados, habitantes de Jaffa, situación que da mayor proximidad a la realidad. A pesar de no ser profesionales, o quizá por ello, sus actuaciones están arriba del promedio.
Ajami es una producción de poderoso contenido, sus pocos defectos se pueden encontrar en la estructura narrativa, en la que se utilizan recursos popularizados por el cine de Tarantino, en donde se muestra la misma escena desde distintos puntos de vista.
Calificación 9/10
PD
Termino con esta reseña el recorrido por los filmes nomidados a mejor película extranjera, que muchas veces suelen ser las mejores propuestas entre los candidatos al Oscar.
Pese a que el 2009 no fue un año excelente para el cine, la mayoría de películas pueden ser calificadas de convencionales, quizá en tres de los cinco títulos de habla no inglesa puede encontrarse lo mejor del año pasado, específicamente: El listón blanco (o La cinta blanca), Ajami y Un profeta. La teta asustada queda por debajo de las mencionadas, no digamos El secreto de sus ojos, la sobrevalorada cinta de Juan José Campanella, que puede considerarse la intrusa entre los nominados; fácilmente habían otras cintas superiores.