Akane: el diario de una vida, VIII

Publicado el 12 mayo 2019 por Carlosgu82

XII: traición.

Se suponía que era mi amigo, habíamos tenido un tiempo juntos, no diré que nos queríamos un montón, la verdad, muchas veces parecía distante, pero de ahí a esto. Me parecía excesivo.

Todo ocurrió en una tarde, cuando su novia empezó a molestarme, todo porque entendió mal una broma, le dije que parase, y el dijo:

— Eh, no me hagas mandarte a la mierda.

¿De verdad? ¿se pone de su lado solo porque es su chica? La verdad quise llorar, pero no quería darles el lujo de verme triste por ello. Que estupidez. Si algo me duele, o me pone triste, debería sentirme lo suficientemente confiado como para decirlo, habría que normalizar el llanto y la tristeza.

Si un día, quiero recubrirme de lágrimas, me gustaría que otras personas me vieran y empatizaran conmigo, que se sepa que tenemos sentimientos, que los humanos, aunque nos hemos asombrados a los aparatos electrónicos, que parece que nuestra vida la describe un Emoji, aun así, podemos sentir, y sentir dolor. El dolor realmente no es tan malo como parece, ya que es la prueba de que lo fue real. Cuando alguien muere, llorar, te duele, es porque esa persona existió, y realmente duele la perdida.

Tarde o temprano, todo duele.

Luego de ello, me fui a mi casa sin decir nada, me metí debajo de las sabanas, y hasta el día de hoy, no se nada de alguien a quien alguna vez llamé amigo. Todo lo que éramos, había desaparecido en una cuestión de segundos, mostrando una vez más, la fragilidad de la vida, venimos, y vamos; la vida, esa hermosa cosa que no podemos dejar de hacer, aunque en algunos momentos nos gustaría poder hacerlo, que nos ensena que no todos valen la pena y que cuando conocéis a alguien sincero, hay que cuidarle, porque realmente, personas así, ya no hay.