Calle Kainochó nº46, ciudad de Sakai (prefectura de Osaka), 7 de diciembre de 1878, en pleno renacer de la era Meiji, bajo el signo occidental de Sagitario nace Sho Ho (llamada Akiko Yosano). Tercera niña de una familia de prósperos comerciantes dedicados al negocio de la confitería-pastelería. Su padre Soushichi Ho (persona muy respetada socialmente) tenía dos hijas mayores fruto de un primer matrimonio, casado en segundas nupcias con Tsune Sakagami con la que tuvo cinco hijos, entre ellos Akiko. Soushichi, un burgués que amaba el arte y la literatura, hombre de su tiempo, formado en el rígido molde de la jerarquía masculina, cuando murió su joven hijo primogénito se sumió en una obcecada decepción. En Japón los hijos varones eran muy importantes porque heredaban el nombre del tronco familiar, y sobre todo para una familia que regenta un negocio; se privilegiaba a los hijos sobre las hijas, el nacimiento de una niña no era bien recibido. Durante tres años Akiko se crió en la casa de una tía materna, tuvo una infancia solitaria marcada por el sentimiento de rechazo del hogar paterno. Cumplidos los seis años, en 1884 entra en la escuela primaria donde permanecerá hasta 1888. De los 10 a los 16 años (1888 hasta 1894), continúa su instrucción en la Escuela de Niñas de Sakai; estudia matemáticas, caligrafía, gramática, geografía, historia, ética y costura (que supone el 70% del currículo), y realiza un curso complementario de economía doméstica. En esa etapa aviva su interés por la literatura clásica japonesa gracias a su profesor de lengua Osa Sugao. Sin embargo como lectora insaciable y ecléctica, su formación es mayormente autodidacta.
En el verano de 1900 Tekkan emprende una gira por Osaka y Sakai impartiendo conferencias y talleres, como consecuencia de esta actividad el 4 de agosto en una reunión de escritores Tekkan y Akiko se conocen personalmente. A ese mismo encuentro literario asiste también la joven poetisa Tomiko Yamakawa quien estaba enamorada del maestro y albergaba la esperanza de casarse con él. Compartir el amor por el mismo hombre y sus aspiraciones poéticas, crean un vínculo entre los tres intensamente erótico sin ser sexual. El respeto y admiración que Akiko sentía por el hasta entonces su guía y mentor se fue transformando en pasión amorosa, que no dudó en manifestar abiertamente aunque Tekkan estaba casado y con hijos: “Por obra del destino inesperado conocí a cierto hombre y mis sentimientos se sometieron a un cambio violento en grado extraño. Por primera vez experimenté la emoción de un verdadero amor que quemaba mi cuerpo”. La relación entre ambos acaba consolidándose después de la despedida dramática de Tomiko, obligada por su padre a casarse con un hombre a quien no quiere, su adiós lo expresa en unos emotivos versos: “Dejo discretamente, a mi amiga, las flores rojas, llorando triste, escojo olvidar el jardín”; la joven poeta fallecería de tuberculosis, a los 29 años, en abril de 1909.
En septiembre de 1904 Akiko publica en la revista “Myojo” el shintaishi (poesía de métrica moderna), “kimi shinitamou koto nakare” (“hermano, no te mueras”) dedicado a su hermano menor, segundo teniente de infantería en el frente de la Guerra Ruso-japonesa. Intrépida denuncia antibélica, coloca los sentimientos personales por encima del deber patriótico, en un momento histórico de fuerte nacionalismo militarista; el poema se hizo enormemente popular, más tarde convertido por el movimiento pacifista en canción protesta contra la guerra.
Además de atender las necesidades familiares (sobre su pluma recae la responsabilidad de sacar la casa adelante), Akiko emprende la vasta producción de sus obras: poemas, prosas, cartas, crónicas de viajes, cuentos infantiles, artículos, ensayos (sobre una amplia gama de temas: educación, política, cultura, sociedad, experiencias personales, feminismo…), prepara antologías y vierte al japonés moderno su admirado referente “Genji Monogatari” (“La novela de Genji”). Hiperactividad sorprendente.
En septiembre de 1923, el gran terremoto que asoló Kanto provoca un incendio en las dependencias donde guardaba el manuscrito de la traducción de “La novela de Genji” reduciendo miles de páginas a cenizas. Tiene que rehacer de nuevo el trabajo al que ha dedicado casi toda su vida, lo termina en el año 1939 cerca del final de sus días.
Los últimos años de su vida se caracterizan por algunos viajes, la dedicación a la familia, a la literatura y por los problemas de salud. Superado un ataque de angina de pecho, en 1938 es hospitalizada en dos ocasiones, la primera por problemas intestinales y la segunda por pulmonía. En mayo de 1940 sufre un derrame cerebral quedándola el lado derecho del cuerpo paralizado. Sobreponiéndose a las circunstancias continúa componiendo tankas, con una escritura irregular y desordenada, apuntados a lápiz en un cuaderno. Dos años más tarde, la enfermedad se agrava y se suman las complicaciones. El 29 de mayo de 1942, la “poetisa de la pasión” pierde el conocimiento y se desploma: muere a la edad de 63 años de un fallo cardíaco. La ceremonia fúnebre se celebra en el cementerio de Tama en Fuchu, barrio a las afueras de Tokio. La noticia de su fallecimiento, en plena Guerra del Pacífico, pasa desapercibida para la prensa.
“aquí y ahora,cuando me paro a recordarmi pasión, me pareceque yo era como un ciegoque no teme a la oscuridad.” (Akiko Yosano)