Título: Al acecho
Autor: Noemí Sabugal
Editorial: Algaida
Primera edición: Febrero de 2.013
Sinopsis
En marzo de 1936 Madrid es una ciudad convulsa tras la reciente victoria en las elecciones del Frente Popular. En un céntrico callejón aparece una niña de catorce años estrangulada, cuyo cadáver muestra un decoro inusual: un lazo perfecto en el cabello, las manos cruzadas sobre el pecho, el vestido bien estirado sobre las piernas rígidas. Y no será la última. Julián Fierro, inspector del cuerpo de Investigación y Vigilancia, se enfrentará a estos casos de asesinato en una ciudad crispada, donde los atentados y enfrentamientos son el preludio de un inminente golpe militar.
Autor
Noemí G. Sabugal nació en 1.979 en Santa Lucía de Gordón (León). Ha desarrollado su labor periodística en La Crónica de León, Diario de León, El Mundo y en Interviú. Fue ganadora del Premio Cossío de Periodismo.Con su primera novela, El asesinato de Sócrates, fue finalista del premio Unicaja-Fernando Quiñones.Al acecho fue la ganadora del XXXI Premio de Novela Felipe Trigo.
Argumento
Un poco antes del inicio de la primavera de 1.936, aparece el cuerpo de una niña asesinada por estrangulamiento. Se hace cargo de la investigación Julián Fierro, un inspector de la Brigada de Investigación Criminal. Cuando poco tiempo después aparece un segundo cadáver, Fierro se dará cuenta de que se está enfrentando a un asesino en serie, pero también al ambiente agitado y convulso de los meses previos al comienzo de la Guerra Civil.
- Yo lo hice por su bien, por ellas, para que pudieran descansar del sufrimiento. Sé que ahora no lo comprende, pero más adelante reflexionará y se dará cuenta de que tengo razón. Ahora están en un lugar mejor.
- Fierro dio un par de pasos y los otros dos, aún dándole la espalda, se apartaron. La niña estaba en el suelo y parecía dormida. Su carita blanca enmarcada por el cabello, con las manos cruzadas sobre el pecho. El vestido bien estirado, caía sobre sus piernas como mantequilla.
- Al día siguiente llovieron pistolas sobre Madrid. Parecía que todo el mundo tenía una. Sobre el armario, en la alacena, bajo la cuna del bebé. Madrid se llenó de pistoleros fanfarrones, de salvadores elegidos a sí mismos.
Opinión personal
Tenía muchísimas ganas de leer este libro desde que Tatty dijo en Twitter que era el mejor libro que había leído en lo que iba de año; tampoco es que llevemos mucho de 2.013, pero para hacer una aseveración así hay que estar muy segura.Yo no puedo decir lo mismo, pero sí puedo afirmar que estoy convencida de que será una de mis mejores lecturas del año.Lo he etiquetado como novela negra porque tengo querencia con el género, pero creo que perfectamente podría haberlo encuadrado como novela histórica, porque la autora ha manejado una cantidad de documentación y da tantísimos datos en el libro que esa ardua labor no puede pasarse por alto. Además, la investigación es una mera anécdota para narrarnos como era el Madrid de los meses previos al estallido de la Guerra Civil y como la ciudad, y no solamente sus habitantes, destilaba odio por todos sus poros.La portada es impresionante, con una fotografía de dos niñas abrazadas que miran al cielo temiendo un bombardeo. El título es también impactante: puede referirse al acecho a que somete a las niñas el asesino o la guerra que está acechando a la vuelta de la esquina, porque en ese período todo el mundo era consciente de que la contienda iba a estallar; lo único que hacía falta saber era el día exacto.Ambientada en Madrid en los meses previos y los inicios de la Guerra Civil, la novela está estructurada en cinco partes tituladas (Margarita, Isabel, Oscuridad, Dolores y El primer mandamiento), todas ellas, salvo la última, divididas en capítulos numerados.Escrita en tercera persona, excepto las introducciones de los capítulos, que lo están en primera, con un narrador personaje, el asesino, siguiendo un orden cronológico lineal, el estilo es ágil y fluído, con una prosa cuidada, en la que se nota el oficio de periodista de la autora, porque parece una crónica más que una novela.La trama está muy bien armada, con una historia ficticia, la que pertenece al género negro, y otra real, la Historia de ese convulso período en la capital de España, con un nexo de unión entre ambas: el inspector Fierro, el protagonista indiscutible de la obra.El ritmo medio, sin altibajos, manteniendo en todo momento la tensión y la intriga, aunque realmente lo que menos nos importa es quién es el asesino; lo mejor es la manera de narrarnos Noemí Sabugal el odio y el rencor que se va acumulando en todos los grupos que componen la escena política española y como son capaces de traspasárselo al resto de la sociedad.Los personajes muy bien conseguidos, con unos protagonistas completamente redondos. Julián Fierro, inspector de policía, es un tipo descreído, al que todo le da absolutamente lo mismo. Su padre murió como un héroe y él, después de su muerte, se ha convertido en todo lo contrario. Le gusta Juanita, una camarera que a mí me ha resultado completamente patética (le gusta mucho provocar, pero a la hora de la verdad deja a los hombres con dos palmos de narices), pero tiene una amante, Adela, que es con el personaje que más he empatizado: una exprostituta con un hijo pequeño, que se conforma con haber salido del prostíbulo y con las migajas de cariño que Fierro le da. Y el personaje del asesino, al que conocemos por las introducciones de los capítulos, es real, y la autora ha conseguido meterse en su piel y ha provocado en mí auténtica repulsión: alguien que mata niñas o adolescentes para salvarlas de ellas mismas me suscita, como poco, desprecio y repugnancia.Los escenarios y ambientes maravillosamente logrados, consiguiendo que podamos pasearnos por el Madrid de la época, ver el odio rezumar, y sentir unas atmósferas interiores tan espesas y asfixiantes como la situación exterior: atentados, asesinatos, quema de iglesias, falangistas, socialistas, anarcosindicalistas, ugetistas..., todos quedan perfectamente retratados en su contexto histórico; también la religiosidad y la beatitud de algunos de los personajes, como el de la madre de una de las niñas, que está convencida de que su hija muerta está en un lugar mejor.El libro se convierte así en una especie de documental en blanco y negro, un docudrama, una crónica veraz y realista, a la vez que dramática y sórdida, de la sociedad de la época. Y no puedo dejar de mencionar todas las alusiones que la autora hace a los periódicos contemporáneos, llegando a utilizar incluso recortes de algunos de ellos como ilustraciones.Respecto al desenlace, con un giro argumental magnífico se convierte en inesperado, porque, en mi caso al menos, sospechaba de una persona desde aproximadamente la mitad del libro, por lo que se ha convertido en sorprendente.Para finalizar un párrafo que, a fecha de hoy, casi setenta y siete años después, todavía es utilizado por muchas personas, incluso algunos lo emplean en campañas electorales para meternos miedo:
- Los matrimonios se separan, la religión se saca de las escuelas, no hay respeto por la familia. Una sociedad que hace eso está condenada al fracaso.
Valoración: 9,5
Leído el 18 de Marzo de 2.013