Creo que para querer de verdad primero hay que quererse a uno mismo.
Que hemos llegado a este mundo con la principal misión de aprender a amarnos y a amar.
Que querer saber quienes somos nos lleva a hacer lo que queremos.
Que la creatividad es la clara consecuencia de tratar de ofrecer lo mejor de uno mismo.
Cada noche repaso si, a lo largo del día, he vivido conforme a lo que creo.
Luego, me felicito por mis aciertos y me consuelo por mis errores, los que me indican lo que aún debo aprender; los que me estimulan a continuar ahondando en mí hasta que, cuando me examine al anochecer, las felicitaciones superen con creces a los consuelos.