Al Chelsea hay que darle tiempo

Publicado el 25 septiembre 2012 por Marianofusco

Suele decirse que para un equipo que logra un objetivo por el que se esforzó durante un tiempo prolongado es muy difícil volver a enfocarse en lo que viene por delante de forma inmediata, esencialmente porque aunque los desafíos se renuevan suele caerse en la relajación.

En el marco de este inicio de temporada el que hoy por hoy no se ha visto afectado por ello es el Chelsea, que luego de una primera mitad de año en la que contra todo pronóstico venció al Bayern Munich y pudo al fin conquistar la Uefa Champions League, certamen que hasta se había vuelto una obsesión, trabaja en pos de hacer valer esa condición de mejor de Europa siendo un equipo activo, que demuestra mayor ambición.

No obstante, lo que el cuadro conducido por Roberto Di Matteo aún no ha podido lograr disputadas cinco jornadas de la Premier League, la cual lidera en soledad, y una de la Liga de Campeones es consolidarse, lo que irremediablemente ha propiciado una irregularidad en el rendimiento que se traduce en los resultados, que por ser disímiles de un encuentro al otro confunden.

Para graficarlo vale remarcar el dato que dejó como saldo la victoria del sábado ante el Stoke City, que señala que el equipo logró volver al triunfo luego de tres encuentros sin hacerlo, ya que tras vencer en Stamford Bridge al Newcastle en el marco de la tercera jornada de la Premier perdió ante el Atlético Madrid en la final de la Supercopa de Europa, igualó ante el Queens Park Rangers e hizo lo propio ante la Juventus en su debut en la Uefa Champions League tras estar en ventaja por dos goles.

Lo que había antecedido a esa racha de resultados no deseados había sido un inicio con pleno de victorias en el certamen doméstico, en el que antes de derrotar al Newcastle en el encuentro anteriormente mencionado el cuadro londinense también se había impuesto al Wigan y el Reading, en dos victorias llegaron después de la derrota ante el Manchester City en la final de la Community Shield con la que el conjunto inició su trayecto en el presente curso.

En medio de este contexto lo que hay que destacar es que el Chelsea ha cambiado su forma de jugar, ya que al menos en este inicio ha abandonado el estilo conservador con el que conquistó el cetro europeo, principalmente basado en la puesta en practica de grandes cerrojos defensivos y contragolpes certeros, para pasar a ser un conjunto mucho más ofensivo, que si bien conserva su poderío en transición tiene mayor tenencia del balón e intenta erigirse siempre en dominador.

Modificada la forma de encarar los encuentros, algo que desde su posición de entrenador Di Matteo necesitaba lograr para que su estancia en el banco de suplentes no siga generando disenso a pesar de lo obtenido, el problema que sin embargo acusa el equipo es el de su falta de continuidad, la cual ha provocado que en sus distintas presentaciones conviva con vaivenes bastante pronunciados al momento de plasmar sus buenas intenciones.

Inconveniente al margen, lo que resulta sumamente positivo para el conjunto es que en los momentos de lucidez el brillo lo vienen aportando, además de Juan Mata, el belga Eden Hazard y el brasileño Oscar, dos de los fichajes con los que Román Abramóvich ha logrado dotar de mayor juventud al plantel, algo que amen de los resultados el club venia necesitando de forma imperiosa para no comenzar a verse estancado.

En muy poco tiempo, Hazard ha logrado constituirse en un futbolista completamente diferencial, de esos que cuando irrumpen en el juego marcan diferencias de forma monstruosa. Ya sea jugando por las bandas o moviéndose como mediapunta, no solo ha aportado desequilibrio sino que además ha alcanzado dimensión convirtiendo un gol, brindando tres asistencias y provocando dos penales.

Jugando su primer encuentro de titular ante la Juventus, frente a la que comenzando a dar muestras de lo que es capaz marcó dos goles extraordinarios en un lapso de apenas dos minutos, Oscar ha irrumpido muy bien clarificando mucho los avances, algo que realiza con maestría moviéndose de forma rápida e inteligente, lo que le ha permitido afirmarse en el once titular tras estar ingresando desde el banco.

En el plano individual también sobresale lo realizado por Fernando Torres, quien ya sin Didier Drogba conspirando contra su titularidad, ha recuperado la confianza y muestra un nivel que se ajusta muchísimo más a sus enormes condiciones, al que además viene aderezando con lo que en el último tiempo tenia como gran deuda, que no son otra cosas que goles.

Teniendo esto a su favor, a lo que además se suma el buen accionar de otros jugadores, caso Branislav Ivanovic, Obi Mikel y Ramires, lo que el Chelsea necesita es tiempo para terminar de afianzarse como conjunto. Afrontando una temporada que pudo planificar, Di Matteo dio el primer paso demostrando que ya sin el apuro por hacer resurgir al equipo obteniendo resultados inmediatos, algo con lo que debió lidiar despedido André Vilas-Boas, su idea de juego puede ser otra. Vale la pena esperar.