Parece que el espíritu de Hugo Chávez, el que fuera
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, se ha venido a vivir a
España, y, según parece, se está dedicando a tomar el control de los cuerpos de
algunos políticos, imagino que para vengarse de “la madre Patria”, para vengar
a los indígenas masacrados, según él, por los conquistadores españoles.Parece que Griñán y algún otro ya han habilitado un
silloncito en los Consejos de Gobierno de sus comunidades autónomas por si
aparece el espíritu del ínclito Chávez y pide la palabra…Y rápidamente estamos viendo sus consecuencias. En
Andalucía poco han tardado en aprobar la ley de expropiaciones de viviendas
vacías. Y es que al grito de ¡¡expriópese!! (como diría el mismísimo Chávez),
han aprobado el texto legal que permitirá a la Junta de Andalucía (imagino que
poco tardarán en cambiarle el nombre a Junta Bolivariana de Andalucía)
expropiar las viviendas vacías propiedad de entidades financieras e
inmobiliarias. Vivir para ver, esta es la seguridad jurídica que Andalucía
vende al mundo. Además esta decisión ha sido apoyada por el Partido Socialista
Obrero Español, pues poco ha tardado en anunciar que presentarán mociones en el
mismo sentido en el resto de comunidades autónomas y en el propio Congreso de
los Diputados.Y si lo de Andalucía podría entenderse, al fin y al
cabo están gobernando los socialistas aliados con los comunistas, lo que me ha
dejado anonadado ha sido el acuerdo adoptado por la Junta de Extremadura, que
ha aprobado un proyecto de ley por el que se abonará una renta básica a los
ciudadanos extremeños. Una renta de entre 372 y 692 euros que cobrarían
aquellas personas que perciban prestaciones públicas o cuyo sueldo sea inferior
a la cuantía que la corresponda por esta ayuda. Una medida al más estilo
bolivariano, aprobada por un gobierno del Partido Popular, ¡toma ya! En esas estamos, solo nos queda esperar, esperar que
el espíritu de Chávez abandone pronto España, porque como se quede me parece a
mí que entraremos en una espiral populista y demagógica de la que será muy
difícil salir. ¡¡Al final acabamos todos con el chandalito!!