"Al final del camino" de Roberto Santiago

Publicado el 12 mayo 2010 por Troncha
Es difícil comenzar a hablar de esta película, nada mas verla me pareció tal despropósito que decidí esperar un tiempo para acometer esta crítica y que mis vísceras se calmaran. He pensado durante ratos en ella, la he repasado en mi mente, quizás más tiempo del que realmente se merece. Y después de ese tiempo he decido acometer su reseña porque demorarla más era algo que no tenía sentido alguno.
No crean que tengo demasiado clara la pretensión que tenía el director al realizar dicho trabajo, pero pienso que fuera la que fuera no la consigue ni de lejos. Ni siquiera podemos comparar este ejemplo con otros dentro de la comedia ya que la entonces todavía saldría bastante más vapuleada de lo que va a acabar.
Se nos intenta contar la historia de un grupo de parejas que se encuentran en crisis y que gracias a la convivencia que se va a producir jornada tras jornada, la situación acabará mejorando. Pero es que no tenemos en ningún momento la sensación de estar en ninguna parte concreta del citado camino, aunque nos intenten llenar las escenas de extras que se notan lo que son a la legua.
Si uno se plantea hacer una comedia, puede ponerse frente a una historia con poco sentido o al menos que no haya profundidad en ella. Pero ya que lo que se busca es la sonrisa del espectador, uno debería dedicarse de lleno a pulir las situaciones graciosas y hacer gags de fuerza, para arrancar la carcajada del respetable. El principal problema del film es ese que dichas situaciones no están redondeadas, da la sensación que se cortan a medias y que portan no surten el efecto deseado.
Toda la filmación tiene una falta de ritmo brutal, no llega a coger la inercia que debería en ningún momento y ocurre lo peor, que llegado el momento todo se hace bastante previsible sin llegar a sorprender. Otra manía es tomar a actores que han triunfado en TV y obligarles a hacer los mismos papeles que en sus exitosas series, reincidiendo una y otra vez en los mismos cliches.
TRONCHA