Al invierno no se lo come el lobo

Por Davidalvarez
Aunque tardó en llegar, después del diciembre más caluroso de los últimos años, el invierno finalmente picó a la puerta y parece que no quiere marcharse. Ya entrada la primavera los últimos días ha vuelto a nevar con fuerza en las montañas y aunque no pude salir mucho a pisarla, los pocos días que fui no defraudaron.

Desde las brañas de Saliencia en Somiedo hasta los montes de Teverga y el puertu Ventana, la nieve cubría las cimas y muchos de los valles más altos. Y hundidos en ella los corzos escarbaban con sus patas buscando algo que comer. Durante las grandes nevadas, muchos ungulados como los corzos y los ciervos suelen bajar de cota, aunque no es la situación más agradable para ellos, de hecho en los inviernos más crudos no son pocos los que mueren atrapados o de hambre al no poder encontrar suficiente pasto. La selección natural no suele hacer rehenes. 

Los rebecos, en cambio, soportan mejor estas las nevadas y siguen viéndose en las altas cumbres, aparentemente ajenos al "mal tiempo". Son los dueños y señores de las altas cumbres y parece que se encontraran más a gusto en estas condiciones que durante los calurosos días del verano.

En las copas de los árboles, muchos pequeños pájaros buscan alimento y cobijo entre las ramas. Los camachuelos aprovechan estos días para alimentarse de los brotes tiernos y de las yemas que aún no se han abierto, mientras que los carboneros garrapinos y los trepadores azules rebuscan pequeños insectos

Pronto empezarán a subir las temperaturas y la nieve irá retirándose, pero no nos confiemos porque no sería raro que aún caiga alguna nevada tardía, incluso a mediados o finales de mayo. En los últimos años y como consecuencia del cambio climático, la frecuencia de fenómenos climatológicos adversos y sobre todo "fuera de tiempo" ha aumentado considerablemente.
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