Al menos 176 personas solicitan cada año en España un cambio de sexo

Por Haizea


JUANMA LÓPEZ-GUILLÉN G.

Se llama Laura, tiene 34 años y dice sentirse “la mujer más feliz de la Tierra” porque hace un año consiguió completar su cambio de sexo. Llevaba moldeando su cuerpo más de 11 años. Primero fueron las hormonas, luego se puso pechos y por último cambió sus genitales. Ahora recuerda, entre lágrimas, que cuando era pequeño su padre cada vez que lo veía vestido de mujer le castigaba y le pegaba por ser un “degenerado”.

La intervención incluye operación de mamas, vaciado de útero, cuerdas vocales,
nuez y genitales Como Laura, unas 176 personas piden cada año cambiar su sexo en España, según los datos facilitados a 20 minutos por las Unidades de Trastornos de Identidad de Género (UTIG) completas que hay en el país (Málaga, Madrid y Barcelona) y otras consultas sin equipo quirúrgico (Canarias, Valencia, Navarra y Galicia).

Desde que en el año 1999 se abriera la primera en Málaga, han pasado por estas consultas de la Seguridad Social 1.588 transexuales (de ambos sexos), se han realizado 333 intervenciones de cambio de identidad (que engloba operación de mamas, vaciado de útero y ovarios, cuerdas vocales, raspado de nuez y genitales) y 195 se encuentran en lista de espera.

Un proceso complejo

El cambio de sexo no sólo incluye las operaciones. Éste sólo es uno de los pasos y no es imprescindible. “A algunos les bastará con hormonarse, otros se pondrán pechos o se los quitarán y sólo unos pocos cambiarán sus genitales”, según Antonio Becerra, el coordinador de la Unidad de Cambio de Género de Madrid (a caballo entre el Hospital Ramón y Cajal y La Paz).

Primero hay que pasar por el psiquiatra para descartar patologías como la esquizofreniaPrimero hay que pasar por el psiquiatra para descartar patologías como la esquizofrenia. Luego tocan psicólogo y endocrino.

Este proceso dura de 3 a 6 meses, y si se supera, comienza la hormonación (que es para toda la vida) y la experiencia de vida real, que dura dos años. Después, si los médicos lo aconsejan y el paciente quiere, llega el turno del cirujano plástico para modelar el cuerpo.

Grandes diferencias

“Hace unos años me consideraban un animal que sólo operaba a putas y maricones. Las cosas han cambiado mucho en este país”, explicó a 20 minutos Iván Mañero, cirujano plástico de la Unidad de Reasignación del Hospital Clínico de Barcelona. Una opinión que comparten otros médicos especialistas y transexuales de toda España.

Me consideraban un animal que sólo operaba a putas y mariconesEl cambio se produjo definitivamente cuando Sanidad introdujo en marzo de 2007 la transexualidad dentro del catálogo de enfermedades mentales de la Seguridad Social. Antes, sólo Andalucía trataba a estos pacientes en el servicio público del Hospital Carlos Haya de Málaga.

Más tarde, en 2007, llegó la unidad de Madrid y el año pasado, la de Barcelona. El problema es que en el resto de las comunidades no hay unidades, y si las hay, no cuentan con cuerpo de cirugía.

Esto ha llevado a la mayoría de los pacientes a cambiar de comunidad, y en muchas ocasiones, sin éxito. Cataluña tiene cerradas las puertas para españoles que no sean catalanes, en Madrid hay que ser residente y en Málaga la lista de espera en cirugía es de tres años.
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¿Cuánto cuesta la operación?
A un hombre, conseguir tener la apariencia de una mujer le costaría en una clínica privada una media de 18.000 euros sin contar la intervención de las cuerdas vocales, nuez y el tratamiento hormonal de por vida. En el caso contrario, la operación se dispara hasta los 30.000 euros más las hormonas.

¿Qué resultados se obtienen?
La operación de cambio de sexo está muy conseguida en el caso de cambiar a mujer. En el 98% de los casos se logra incluso tener orgasmos. En el caso contrario, sólo con la técnica del colgajo se consigue la penetración, aunque la sensación de placer continúa siendo para los expertos un misterio.

¿Cuál será el siguiente paso de Sanidad?
Según los expertos consultados por 20 minutos, lo más importante es superar las diferencias que existen entre comunidades autónomas. Algunos apuntan a la creación de nuevas unidades completas y otros piden que cada comunidad se haga cargo de los gastos que generen sus pacientes en Madrid, Málaga o Barcelona.