Según han informado medios estadounidenses, las tempestades, que se han cobrado vidas en cinco estados, dejaron franjas de destrucción desde Misisipi a Georgia, y devastaron la ciudad de Tuscaloosa, en Alabama.
Los poderosos tornados -más de 160 en total- se unieron a tormentas para dejar un rastro de destrucción en su avance de oeste a este del país durante varios días. Es el peor desastre natural en Estados Unidos desde el huracán Katrina en 2005, que causó la muerte de 1.800 personas.