Y esa es su supuesta mejor película. Aunque no, no lo es. Su mejor película de verdad es "Cypher", una mezcla de un thriller de ciencia ficción al más puro estilo cyberpunk que recuerda a "Matrix". Claro que no le llega ni a la suela de la sandalia. Sin embargo, por una vez, Natali consigue aliberarse de sus tendencias canadienses (las tendencias a hacer que todo lo que sale en pantalla parezca más patético de lo que es) y consigue una tensa y correcta dirección. Pero bueno, no me enrollaré más sobre esta película, que hoy no he venido aquí a echar piropos. Hoy queremos sangre. Y sin duda para sangre no será, porque a Natali bien que le gusta. Es una curiosa mezcla entre David Cronenberg y Uwe Boll. En realidad la mejor colaboración de Natali probablemente ha sido su dirección de algunos capitulos de la serie "Hannibal", en el que sí que no se nota su procedencia norteña.
Y bueno, si lo que queremos es sangre que mejor que su segunda película más conocida (un poco más que "Cypher"), "Splice: Experimento mortal". Famosa, básicamente, porque sale Adrien Brody y Sarah Polley. Osea porque sale Adrien Brody. También conocido como el judío desgraciado de "El Pianista". A pesar de ello, no hay nada más en esa cinta destacable. Bueno mentira, ese intento de Cronenberg de los 80 depravado. Porque no es normal lo que pasa en esta película. Vale, un experimento. Vale, es muy mono el bicho. Vale... espera, no vale. Sexo fuera de lo normal (hoy es día de eufemismos en La Taquilla Roja), un guión sin la menor consistencia, pura depravación... En definitiva, que puede intentar ser todo lo buen director de ciencia ficción que quiera, pero tiene un gran obstáculo que no le permite ser demasiado bueno. Ser canadiense.