Porque le sienta mal, contestó su tío.
Pero se lo come, tiene hambre, retrucó ella.
Le sienta mal, te he dicho, contestó él. Y prosiguió. Te tengo dicho, que en caso de que no comprendas el qué, siempre se hace lo que dice la persona mayor. No se le da pan al perro y punto. Cuando seas mayor lo comprenderás.
¿Por qué lo comprenderé de mayor?, preguntó amohinada la niña.
Y su tío con toda la paciencia del mundo le contestó.
Porque le querrás lo mismo que ahora, pero al conocer lo que vale su vida le querrás más.
Texto: Marta Pantiga