En esta ocasión nuestros planes con niños en Asturias nos llevaron a idear una tarde de lo mas simple, ir a un rio a tirar piedras. Que bobada pensareis, pero aunque no os lo creáis fue un gran acierto.
Deciros que no necesitáis un río especifico, así que si conocéis alguno cerca de casa ya os vale. Nosotros en este caso nos hemos ido a un río de la comarca de Bimenes . Es un río que no es muy grande pero tiene el suficiente caudal como para bañarse en él, si no fuera porque el agua esta helada (aunque hubo quien la probo y no quería bañarse).
Así que decidido el río, cogemos el coche y nos dirigimos hacia allí. Para alargar un poco la tarde decidimos dejar el coche un poco alejado del río y así obligarnos a caminar un par de kilómetros y conocer un poco la zona. Seguramente vayáis donde vayáis habrá un pueblo cerca, por lo que ya tenéis donde dejar el coche.
En nuestro caso el paseo al río fue muy ameno puesto que escogimos caminos evitando así la circulación de coches y todo peligro para nuestros hijos y así dejarles que corrieran a su antojo y no tener que estar diciéndoles en cada momento que se estuviesen a lado nuestro.
A los niños la sola idea de ir a tirar piedras les emocionaba y gracias a eso el paseo no se les hizo pesado. De hecho, de la que caminamos hacia allí vimos muchos animales con los que se iban distrayendo y algunos hasta pudieron acariciarlos. En solo dos kilómetros de camino llegamos a ver caballos, vacas, ovejas, cabritillas, gallinas y hasta bambis.
Y así llegamos al río. Madre que emoción, se pusieron a tirar piedras como locos y tenemos que reconocer que los mayores también tiramos unas cuantas. Así estuvimos alrededor de una hora aunque para ellos solo fueron cinco minutos (os suena verdad), así que para que se pusieran a merendar les dijimos que luego les dejaríamos otro poco.
Mientras merendaban fuimos por un sendero cercano lleno de vegetación para que no estuviesen pensando solo en el río. De hecho me parece que les gusto mucho subir por caminos de cabras, escalar y saltar. Después del paseo volvimos al río a tirar piedras otro ratito.
Después recogimos y nos pusimos en marcha camino de casa no sin antes parar en el bar del pueblo a tomarnos un refrigerio (hay que conocer de todo, no).
Así que como resumen la tarde ha sido divertida tanto para los niños como para los padres, apenas hemos gastado un euro puesto que si nos quedamos en casa también tenemos que merendar y hemos conocido otra manera de pasar una tarde.
A modo de nota aconsejaros que llevéis ropa de cambio para los niños por si las moscas aunque en nuestro caso no hizo falta, puesto que nuestros hijos fueron muy obedientes y no se acercaron mucho a la orilla, no así para papa travieso (que tenemos uno en nuestro grupo) que se metió en el río hasta las rodillas por ser un poco saltimbanqui.
NOTAS:
Pablo-8 años: A la pregunta de que si le había gustado ir a tirar piedras, respondió que muchisimo.
Fernan-8 años: Nos dijo que se lo había pasado pipa
Adrián-8 años: A la misma pregunta nos dijo que tenemos que volver que eso es muy divertido.
Diego- 4 años: A la misma pregunta y llorando nos respondió “no quiero marchar”, así que traduciendo creo que se lo había pasado muy bien.