A ese mundo se engancha Santiago A. Zannou para realizar una película intensa y contundente. Todo lo que tiene que ver con ese universo (y me refiero a todo lo que sucede en el gimnasio) funciona de maravilla. Es al bajar del ring cuando la película se apoya demasiado en estereotipos (todo lo que rodea la vida del prota) para contar lo que quiere contar. Pero a parte de eso estamos ante una película con fuerza, bien dirigida y mejor interpretada, en especial por Carlos Bardem y Hovik Keuchkerian, quienes te tienen ganando desde el primer minuto con sus dos carismáticos personajes. El Carlomonte de Bardem da para peli. Y huele muy fuerte a Goya.
Lo mejor: todo lo relacionado con el boxeo.
Lo peor: algún que otro cliché fuera del ring.