En un elevado porcentaje de casos, el sendero comercial descuida factores esenciales como la calidad de los discos o el estado anímico del artista. Salvando contadas excepciones, las multinacionales someten a una presión extrema al músico, exigiéndole constantemente que publique un disco o realice una gira en una fecha concreta. Lo único que importa es que el álbum venda, da igual como suene, quien toque o el tiempo que lleve su producción. Que venda y punto.
Al otro lado del inmenso cosmos sónico, nos encontraremos con el atractivo circuito alternativo, que ha sido creado por aquellos músicos que no quieren ser títeres en manos de poderosos ejecutivos trajeados y a los que tanto les da vender discos que sujetadores. En la gran mayoría de ocasiones, estos geniales artistas son mucho mejores que los que fluyen habitualmente por el panorama comercial.
Y así es el extraordinario guitarrista tejano Alan Haynes, un semidesconocido rey de las seis cuerdas y uno de los máximos exponentes de lo alternativo, por el que sentimos especial admiración. Nacido en 1956 en Houston (Texas), desde su infancia comienza a interesarse por el blues, influenciado por mitos como B.B. King, Albert Collins, Albert King o Freddie King.
Su carrera profesional se inicia en 1970, trabajando con leyendas del blues como Johnny Winter, John Lee Hooker, The Fabulous Thunderbirds, Albert King, Robert Cray, Bonnie Raitt, Otis Rush o Stevie Ray Vaughan. Posteriormente, decide formar su propio grupo, “Alan Haynes And the Stepchildren”, con el que graban su primer EP llamado “Seventh Son” y acompañado por el virtuoso batería “Uncle” John Turner, que ya había colaborado con el legendario bluesman Johnny Winter.
Como ya es costumbre, haremos una mención sobre el personal que hizo posible este disco: Alan Haynes (guitarra y voz), Reese Wynans (teclados), los ex Double Trouble Tommy Shannon (bajo) y Chris Layton (batería), el ex componente de “The Fabulous Thunderbirds” Preston Hubbard (bajo) y George Rains (baterías).
Concluye esta obra, pero Alan Haynes sigue ofreciendo conciertos asiduamente en el Joe’s Generic Bar de Austin (Texas), deleitando al público con su particular visión musical y su maestría a la guitarra. No con mucha frecuencia, suele realizar alguna que otra gira por Europa, sobre todo en Alemania y Dinamarca, países en dónde tiene una gran cantidad de fans.
Quizás el único hándicap de Haynes, sea conseguir sus discos, ya que para ello, es mucho más fácil dar un paseo cualquier noche por el Joe’s Generic Bar, ver sus actuaciones y con un poco de suerte, nos lo regalará.
Fiel a sus ideas y poseedor de un espíritu rebelde que le hace luchar contra la comercialidad, Alan Haynes es un músico auténtico que no necesita mansiones de lujo, ni vehículos caros, ni tan siquiera hospedarse en hoteles de cinco estrellas. Lo único que precisa es su guitarra, un par de amigos y un lugar acogedor dónde tocar blues, cuando quiera y con quién le apetezca.