Como saben una de mis áreas de interés en pediatría es el tratamiento de niños que tienen enuresis nocturna (mojar la cama por la noche o bedwetting). Uno de los pilares de tratamiento es la alarma nocturna aunque muchos pediatras desconocen como se emplean correctamente, otros no saben dónde se pueden obtener y algunos padres usan alguna, sin ton ni son, prestada por un vecino o amigo.Revisando este humillante trastorno para el niño, joven y adulto hace un año leí este artículo referente a estas alarmas pero con una indicación completamente diferente: condicionar al niño a que durante el día controle más rápidamente su vejiga o, dicho de otra manera, la micción voluntaria con una alarma colocada durante el día (Vermandel A, Van Kampen M, De Wachter S, Weyler J, WyndaeleJJTheefficacyof a wettingalarmdiaperfortoilettrainingofyounghealthychildrenin a day-carecenter: a randomized control trial. NeurourolUrodyn. 2009;28:305-8. Los autores comparaban dos métodos para lograr que el niño controlase más rápidamente la micción durante el día -condición exigida/recomendada por algunas guarderías y deseo ansioso de muchos padres para evitarse trabajo. En un grupo de niños, empleaban alarmas nocturnas para avisar cuando al niño se le escapaba el pipí y lo sentaba en el orinal animándole a finalizar la micción para acelerar el aprendizaje y al otro se empleaban el método clásico de sentarlo 4 veces al día en niños fisiológicamente maduro y con refuerzo positivo.Este estudio recibió críticas por el escaso número de niños incluidos pero lo cierto es que en los que usaron alarma su respuesta fue espectacular comparado con el otro grupo. A pesar de esta diferencia tan notoria no ha vuelto a aparecer ningún estudio más que reafirme o desestime la utilidad de las alarmas de pipí para la enseñanza del control de esfínteres durante el día. Tampoco he encontrado ninguna evaluación en niños con discapacidad en los que, sin duda, podría ser muy útil. ¡Cuántos estudios potencialmente útiles se quedan por el camino!.De todas formas hay algo en lo que no estoy de acuerdo. Hay guarderías que para entrar en ellas exigen el control perfecto de los esfínteres en niños pequeños cuando, madurativamente, no están todavía preparados para ello. Eso es desconocer la variabilidad de la fisiología humana.