Se quedó sin alas hace tiempo. No por gusto propio, se las arrebataron.
Solía pasarse los días perdida por lo más alto, saltando sobre las nubes, jugando con los pájaros, simulando carreras con los aviones que despegaban y aterrizaban. Ella era feliz así, siendo libre.
Pero la envidia no es buena, y mientras ella era capaz de subir a lo más alto los demás observaban furiosos desde el suelo como ella podía comerse el cielo. Y cansados de ver como ella sí y ellos no, decidieron arrebatarle lo que ellos pensaban, que era lo que ella más quería, sus alas.
Pero para sorpresa de todos, ella siguió alzándose como siempre lo había hecho, porque lo que ellos ignoraban es que en realidad, las alas solo eran un simple adorno.
Lo que más quería no eran esas alas que se habían molestado en robarle sino su libertad y nadie podría quitársela nunca.
Creyeron que rompiendo sus alas, ellos llegarían a estar a su altura, lo que ellos ignoraban es que para lograrlo era tan fácil como atreverse a intentarlo. Confiar en uno mismo y lanzarse al vacío sin miedo, porque algo dentro de ti te dice que vas a lograrlo.
No le quites a los demás lo que tienen solo porque tú no lo tengas, si quieres algo lucha por ello, esa es la única forma de poder conseguirlo con el tiempo.
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