El sábado a la tarde decidí inmolarme en público como madre y llevar al monillo por primera vez al cine. Pero las cosas no han fueron ni por asomo como yo esperaba, creo que tengo muy poca fe en mi hijo o no termino de aceptar que va creciendo y madurando a pasos agigantados. Personalmente he esperado a que el niño tenga casi 4 años y que le vea cierta paciencia viendo pelis o DVD en casa, para decidirme dar el paso, pero esto en cada niño es un mundo. Pero vayamos al grano y desgranemos mis peripecias cinéfilas.
Por naturaleza tengo tendencia a ser exagerada, así que salí de casa con una bolsa de tela como si me fuera a hacer noche en el cine (2 mudas, toallitas, cantimplora, árnica…) vamos me ha faltado el apiretal y el doudou de dormir, eso sí, sin paraguas y eso que llovía como si no hubiera mañana. Pero es que me lanzaba sola a la aventura, el gorila nos abandonaba por una fiesta con sus amigos con alcohol y sacos de dormir (sí vamos que sé cuándo se ha ido pero no cuándo volverá), pero tuvo el gesto de acercarnos al cine y se declinó por dejarnos en uno de la zona alta (léase pijolandia). Según su argumento mucho más accesible que un centro comercial…. Yo, en cambio pensé, como me la líe entre tanto pocholo y borjamari me corto las venas. Para colmo por una nueva oferta que tenían, fui la palurda de la cola que pague más, por eso de ir de monoparental, el resto de dos para arriba oferta, y había mucha familia numerosa, se lo aseguro y con mejores nóminas que yo
Después de las entradas faltaba la clave de la historia, las palomitas, así que hicimos cola y cuando estamos en el mostrador me suelta que él quiere las de colores, ante la insistencia y la cola que teníamos, compre sin rechistar y por miedo a que aquello no le fuera y no tener armamento, pillé un bote grande de las normales (vaya por delante que a mí las palomitas ni fu ni fa). La primera me la lleve en la frente, le gustaron las de colores, es más casi se las terminó enteritas, por lo tanto no hace falta que les diga que voy a estar cagando palomitas hasta el 2014, por lista y por comprometida, ¡digo! con el pastizal que me había costado el combo iba yo a dejar allí medio cubo de las saladas, ni loca!!!
En general fue mejor de lo que esperaba, los thrillers demasiado largos aunque nos sirvió para fichar posibles excursiones al cine, y después del tiempo que yo estipulé, es decir 40 min y muchas palomitas empezamos a movernos cual peonza, hasta que llegó ese momento baño. Salimos y dejé que echará dos carreritas por el pasillo para desfogar, pero volvimos pronto, miré alrededor y vi medio cine con los niños encima y copie el modelo. Con la diferencia que el monillo ya no es peso pluma y que para cuando termino la peli podrían cortarme las piernas que no sentía ná de ná. No es que no quiera hablarles de la peli, que fue AVIONES, sino que no soy una gran cinéfila, y a mí me sirvió para mi hijo y para mí ,que leches confieso haberme reído con el avión mexicano a pulmón abierto, haberme enamorado de los ojos de la gabacha y quiero unos tatus como la turca. Lo dicho no tengo remedio, pero si les sirve como referencia, monillo es fan de cars y bueno no es comparable pero para él me sirvió y bastó y pude explicarle algún valor que otro, tipo amistad, importante participar-no ganar y confirmé mi teoría de lo sensible que es mi hijo con el sufrimiento ajeno, casi se me muere de llanto cuando el avión protagonista sufre un accidente.
Lo negativo de todo esto es que le ha gustado, que la tontería me costó como ir a cenar con el gorila, o yo sola pero luego darme una alegría, vamos que en este país según como, cuando y donde, ir al cine es un lujo.
El nuevo héroe del monillo después de Rayo Macqueen
Al salir nos quedaba la aventura de regresar a casa, por suerte no llovía así que eso facilitó un poco el tema. El gorila llamó enseguida y cuál fue mi sorpresa al ver que no sólo no confiaba en su hijo sino en mí: Vale, de lujo pues estaba convencido que me llamarías a los 30 minutos en plan histérica, no sabes tu hijo patatinpatatan y me he apostado 3 cubatas con mengano…. Lo siento me conoce y al crio también, pero ZAS en la misma cocorota le dimos jijiji. Visto el buen hacer del monillo me aventuré a comprar en un Nespresso, ante los ojos incrédulos del tendero mientras el jeta de mi hijo hacia un “totscolors” con las muestras de exposición, cosa que al jefe de tienda le gusto y así se quedaron. Qué de tiendas hay desde la zona alta hasta donde se puede una montar en transporte urbano para el proletariado!!….pero muchas ehh, muchas… (No me hagan confesar mis pecados).
Entonces cuando yo pensaba haber superado con éxito mi excursión, nos subimos en el autobús y aquello fue fiesta y alboroto. Ay señores mi hijo y su espíritu excursionista, un autobús y folklore tradicional patrio y hasta pamplona sin rechistar, sí además le hace los coros una mujer mayor que ni la conoce, hasta los Pirineos. Dios que vergüenza y que risa, las dos al mismo par…pero esa mujer de Donostia fue feliz durante los 20 minutos de trayecto con aquel niño de metro escaso que le recordó una y cada una de las canciones de su juventud (el aitona lo tiene bien aleccionado), el caso es que no tengo claro que el resto de viajeros opinase lo mismo.
Tagged: cantando en un autobús, el cine es muy caro, el monillo va al cine, He comido palomitas pa tres años, me engancho a cualquier peli disney