Para muchos, Albarracín es el pueblo más bonito de España. Recientemente estuve visitandolo y puedo afirmar con seguridad que es uno de los lugares más espectaculares en los que he estado.
Para empezar, el viaje hasta allí es casi mágico, porque si coges la carretera desde Cuenca pasas por unos montes preciosos, que combinan la vegetación y la orografía característica de la zona. Una vez llegas a Albarracín, el lugar es sencillamente espectacular, es como si de repente hubieras aterrizado en otra época. Las casas típicas son de un color rojizo (a excepción de una) y la forma de crecimiento de las casas en forma escalonada convierte a las calles en estrechos pasadizos en los que apenas entra la luz del sol.
Si vais, totalmente recomendable contratar la visita guiada desde la Catedral, te dan un recorrido por todo el pueblo explicándo historias memorables. Para saber más os recomiendo la Fundación Santamaria, auténtica promotora del cuidado de este monumento histórico que es el pueblo.