Albert Einstein en La Habana

Publicado el 19 diciembre 2019 por Santamambisa1

Por Luis Hernández Serrano

El célebre creador de la Teoría de la Relatividad, y Premio Nobel de Física de 1921, Albert Einstein, llegó a La Habana el 19 de diciembre de 1930, con 50 años de edad, y tuvo en la capital de todos los cubanos un gran recibimiento.

Llegó en el vapor Belgenland, con su colaborador científico, Walter Mayer; su secretaria personal, Helen Duken; su esposa Elsa, y una amiga.

Permaneció solo 30 horas en suelo habanero. El periódico El Heraldo de Cuba anunció: «El sabio alemán que niega la prolongación al infinito de dos líneas paralelas entre sí, fue huésped ayer de nuestra capital».

Excelentes caricaturas de Román y Massaguer sobre el eminente físico calzaron las informaciones en la prensa de su visita al entonces Museo Nacional de Historia de las Ciencias Carlos J. Finlay, donde recibió el cálido homenaje de los científicos e intelectuales del patio.

El reconocido profesor —nacido en Ulm (ciudad del Imperio alemán) el 14 de marzo de 1879, y fallecido a los 76 años en Princeton, Estados Unidos, el 18 de abril de 1955— visitó la Sociedad Cubana de Ingenieros y la Sociedad Geográfica de Cuba. En el Libro de Oro de esta última institución dejó escritas sus impresiones sobre la visita y el cordial trato recibido.

Al pie de una amplia gráfica, otro diario capitalino comentó: «Einstein dirige un saludo a sus anfitriones cubanos en el paraninfo de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, cuyos locales pertenecen actualmente al Museo Nacional de Historia de las Ciencias Carlos J. Finlay».

Einstein, alemán de origen judío, posteriormente nacionalizado suizo y estadounidense, fue elocuente al referirse a los problemas socioeconómicos del mundo en aquel momento.

El destacado científico anunció en 1905 lo que llamó su Teoría de la Relatividad Especial sobre la vinculación de la masa y la energía. En 1915 dio a conocer lo que denominó la Teoría de la Relatividad General, en la que reformuló por completo el concepto de la gravedad.

La obra de Einstein fue considerada nefasta por los nazis. El gran científico tuvo que exiliarse en Estados Unidos y ayudó a su amigo, el fotógrafo y caricaturista alemán Joseph Scharl, a hacer lo mismo.