La extracción de las arenas bituminosas en Alberta, Canadá, está escapándose de todo control, está destruyendo el medio ambiente de todos los canadienses y está envenenando las aguas de todo el que vive corriente abajo. Los días 5 y 6 de julio 2013 tendrá lugar un evento distinto en Alberta del Norte, en el corazón de la destrucción. La Cuarta Marcha Anual de Curación es una oportunidad para todo tipo de gente que quiera unirse a First Nations y Metis en un encuentro espiritual que se centrará en la sanación de la tierra y de la gente que está sufriendo la expansión de las arenas bituminosas.
28.06.2013, ladyverd.com
La tradición indígena afirma que es una responsabilidad del ser humano proteger la tierra, el aire y el agua para las generaciones que están por venir. Muchos otros canadienses están de acuerdo. Durante la pasada década, las comunidades de la Naciones Originarias, las comunidades no nativas, los científicos, políticos y demás grupos han reconocido que la expansión de la explotación de las arenas bituminosas está traicionando esta responsabilidad.
El Jefe Allan Adam de Fort Chipewyan, uno de los pueblos indígenas o Naciones Originarias de Canadá, ha dirigido una solicitud formal al Ministro canadiense de Recursos Naturales, Joe Oliver, y a la Primer Ministro, Allison Redford, para que se unan a la cuarta Marcha Anual de Curación, un evento que tendrá lugar en Fort McMurray el 6 de julio de 2013. Se trata de una marcha de catorce kilómetros que se llevará a cabo durante todo un día, un encuentro espiritual que se centra en la curación del territorio de las naciones originarias, que está sufriendo el impacto de la expansión de la explotación de las arenas bituminosas.
El problema de las arenas bituminosas
Las arenas bituminosas están escapándose de todo control, destruyendo el clima para los canadienses y envenenando el agua de todo el que vive corriente abajo. Se trata de mucho más que el clima y el agua: la tierra, los animales y el aire también están sufriendo el impacto.
Gigantescas minas a cielo abierto que destruyen la tierra. Las empresas petroleras talan los árboles, drenan el agua y excavan la tierra para acceder al petróleo de las arenas bituminosas. En algunos lugares el crudo se encuentra a demasiada profundidad para poder acceder a él mediante la excavación, por lo que las empresas petroleras inyectan vapor bajo la superficie para derretir el petróleo y después bombearlo a la superficie.
Las petroleras utilizan tanta agua como una gran ciudad, contaminan el 95% de la misma y después la almacenan en unas balsas tóxicas que tienen unos 176 km2. Se estima que cada día se filtran unos 11 millones de litros de líquido tóxico en el Río Athabasca.
El exceso de contaminación del aire contribuye a la lluvia ácida y emite importantes cantidades de metales pesados y otros contaminantes tóxicos que acaban en los lagos y en el río.
La extracción de las arenas bituminosas emite de tres a cuatro veces más gases de efecto invernadero que la extracción convencional. Este es el motivo de que el petróleo de las arenas bituminosas se llame “petróleo sucio”. Si Canadá continúa con su plan de expansión de esta extracción nos encontraremos en la trayectoria que nos lleva a un aumento de 6 grados de la temperatura global.
“Creemos que los políticos no conocen la realidad y no saben lo que es vivir el día a día en un lugar intoxicado debido al desarrollo sin control de la explotación de las arenas bituminosas. Es importante que experimenten el lugar, que beban el agua, respiren el aire y escuchen los testimonios de la gente que está perdiendo la esperanza de un futuro en el que sus hijos y sus nietos puedan vivir”, afirma el Jefe Adam. “En nombre de nuestro pueblo y de todos los demás (en Canadá hay más de 500 Naciones Originarias), que se unirán a nosotros durante la marcha, invitamos al Ministro Oliver y a la Primer Ministro Redford a caminar con nosotros”.
La Nación ha lanzado una petición online que ya cuenta con unas 7.000 firmas para solicitar a los políticos que acudan a la cita, para la que ya se han registrado cientos de participantes de Canadá y EEUU. La comprometida periodista canadiense Naomi Klein también acudirá a la cita.
“La dependencia del petróleo sucio de Canadá está enfermando a nuestro país de varias formas. No solamente se está envenenando la tierra y a la gente que vive en ella, sino que la fiebre de las arenas bituminosas está envenenando nuestra cultura política colectiva”, afirmaba la galardonada autora de La Doctrina del Shock.
“Los derechos de las Naciones Originarias se están viendo atacados; se está desmantelando la protección medioambiental más básica y se está atacando a los científicos cuyas revelaciones resultan incómodas para continuar desarrollando la extracción.
Esta marcha nos invita a todos a comenzar el proceso de curación (…)”
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