Alberto Garzón, tras
entregar Izquierda Unida a Pablo Iglesias, ha de hacer méritos ante su nuevo
capo; y para tenerlo contento ha ido a lo fácil insultando a Leopoldo López,
prisionero político venezolano, y justificando su encarcelamiento por parte del
régimen chavista.Y es que para Alberto
Garzón el líder opositor venezolano está bien encarcelado por la dictadura de
Maduro por fomentar golpes de estado. Ahí queda eso. Pero resulta que Garzón
tiene muy mala memoria y se olvida de cuando su compañero de Izquierda Unida,
Antonio Maíllo, pedía “derribar el gobierno desde la calle”. O cuando su nuevo
jefe, Pablo Iglesias, organizaba las marchas contra el Congreso y además se
emocionaba viendo como algunos ultras pegaban a la policía.Y Alberto Garzón no le
dará ninguna credibilidad al fiscal que tras acusar a Leopoldo López abandonó Venezuela
junto a su familia, denunciando la manipulación del proceso contra el político
opositor.Pero qué se puede esperar
de un comunista. Pues simplemente que haga lo que está haciendo Alberto Garzón,
justificar a un régimen como el del chandalito venezolano, que reprime a la
oposición y la encarcela. Porque eso, en el fondo, es lo que le gustaría hacer a
él y a su nuevo camarada en jefe, encarcelar a los que no pensamos como ellos,
a los que creemos en la libertad individual y en el respeto a los derechos
humanos, algo incompatible con el comunismo.¿Qué se puede esperar de
una persona como Garzón que dijo que un delincuente no puede ser de izquierdas?,
¿qué se puede esperar de una persona como Alberto Garzón que dijo que “si
aspiramos a conquistar el poder sólo mediante las elecciones estamos condenados
al fracaso”? Este es Alberto Garzón,
un comunista (y por lo tanto un totalitario), que ha de hacer méritos ante su
nuevo capo.