Alberto Montt y Matrix

Por Alejandropumarino

Hacía más de un año que no se reproducía en este espacio ninguna viñeta de Alberto Montt; la muestra sigue conservando la acidez de otras publicadas anteriormente. Matrix fue una estupenda película, acertadamente desgraciada por unas secuelas inferiores, en las que la frescura e imaginación, brillaron por su ausencia. Que la vida era sueño lo dijo ya Calderón de la Barca, fuese cibernético o no, que da lo mismo; Alberto nos justifica la necesidad de la pastilla azul, no para volver a una falsa realidad, sino para curarnos de ella, que es lo malo. No es necesario que nadie nos de la bienvenida al infierno de lo real, porque lo sufrimos cada mañana cuando abrimos los ojos, después de un sueño que no es reparador para la mayoría. Pero, pee a todas las miserias que necesariamente nos acompañan, la vida es la única oportunidad de habernos acercado un poco al universo que nos rodea, de conocer el mundo, aunque sea de modo insultantemente corto y temporal. La nada de la que venimos, y a la que tal vez vamos, no es más que un infinito vacío que nunca puede compensar la ocasión de haber vivido, del modo que sea y haber asomado la nariz al extremo de los pelos del conejo, que hubiese dicho Gardner. Así visto, no necesitamos la píldora azul porque la vida, en sí misma, es lo suficientemente gratificante.