Albet i Noya, la apuesta por la recuperación de variedades y el enoturismo.
Albet i Noya es un poco como nuestra casa. Es la bodega que más hemos visitado. Si no estoy equivocada, han sido tres veces en los últimos años. Y aún así, mañana mismo volvería a repetir. Siempre hay algo nuevo que aprender, alguna que otra investigación puesta en marcha o alguna experiencia nueva para vivir.
El año pasado fue el festival Vijazz lo que provocó nuestra visita, para disfrutar de una comida en su jardín y de una cata muy especial. En esta ocasión, hemos vuelto a vivir la experiencia de una comida con unas vistas a su viñedo, saboreando la gastronomía de la zona gracias a un menú preparado por Cal Xim.
La recepción es siempre cordial y, como si de una comida familiar se tratase, el ambiente es cómodo. Mientras que disfrutamos de escalivada, xató y unas buenas butifarras entre otros platos junto con sus vinos, de forma relajada se empieza a hablar de su historia y de sus proyectos actuales.
Después de la comida, fuimos a visitar algunas de sus viñas. Allí tuvimos la suerte de encontrarnos con Josep Maria Albet i Noya, quién nos explicó detalles de sus últimas aventuras. Josep, como gran apasionado de su profesión no ve límite a la hora de abrir camino, igual que hace más de 30 años lo hizo con el cultivo ecológico, cuando aquí ni se conocía ese concepto. Ahora, que ya tiene sus tierras 100% ecológicas, su objetivo gira hacia el nuevo proyecto de recuperación.
Josep Maria Albet, como si llevara un radar integrado, va rastreando encontrando variedades olvidadas con las que quiere experimentar. De hecho, esta iniciativa ya le ha servido para elaborar dos de sus vinos, el Marina Rión, nombre de la bisabuela de Josep Maria Albet i Noya, y el Belat, elaborados con las variedades homónimas y que ya se han comercializado. Es posible que nos den alguna sorpresa cuando acaben de redondear y llegar a conseguir una buena producción y un buen vino de las que ahora están en fase de observación el Llavorsí y Garrut.
Otra de las oportunidades para visitar la bodega y participar en sus actividades es justo la que ahora está vigente: La Ruta de Tapes pel Mercat del préssec d'Ordal. Ahora es la temporada de este melocotón tan característico de la zona de Subirats. Todos los fines de semana de Junio, Julio y Agosto el mercat del préssec de l'Ordal reúne a los productores de la zona manteniendo el nexo común en este fruto. Desde la venta directa hasta la degustación de tapas que los restauradores de la zona ofrecen, en las que uno de los ingredientes es el melocotón de l'Ordal. Albet i Noya, durante estos meses se integra con una actividad que se inicia con la visita a su bodega para continuar con el traslado a Sant Pau d'Ordal para probar algunas de las tapas que forman parte de la ruta que serán maridadas con 4 vinos diferentes de Albet i Noya. En concreto, en Cal Xim, con quien colaboran habitualmente, ofrecerá un milhojas de melocotón de Ordal marinado con hígado de pato a la brasa con Clàssic Penedés Efecte Brut Reserva y mini ensalada de melocotón con vinagreta de cardamomo con Clàssic Penedès Efecte Brut Rosat.
En Cal Pere del Maset, las propuestas son Gazpacho de melocotón del Ordal con gelatina de Viognier con 3 Macabeus y la compota de melocotón con bacalao y vinagreta de melocotón con Marina Rión, una oportunidad para probar un vino diferente.
Además de las actividades programadas, desde la bodega ponen a disposición sus instalaciones para, bajo petición, personalizar la actividad al gusto del cliente. Dada su proximidad a Barcelona, cualquier momento es bueno para hacer una escapada gastronómica y enológica la mar de interesante. Más detalles en su web.
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