Sinceramente he de decir que no soy muy fan de cocinar albóndigas, y no por que no nos gusten.
Es la pereza de tener que hacerlas, poniendo la cocina perdida de harina ( al menos yo soy incapaz de hacerlas y rebozarlas sin manchar 😂).
Pero he encontrado una carnicería de confianza donde las compro ya hechas y ya la cosa cambia.
Esta vez las vamos a hacer de ternera y con una salsa de cebolla.
Comenzamos enharinando las albóndigas y las pasamos por la sartén con un poco de aceite para dorarlas.
Retiramos y reservamos.
En el mismo aceite ( si es mucho o está muy quemado lo cambiamos), ponemos a pochar una cebolla en juliana.
Agregamos medio sobre de sopa de cebolla, una cucharada de harina, removemos y ponemos un vaso de vino blanco. Dejamos que se evapore el alcohol y añadimos unas hebras de azafrán.
Ponemos una cucharadita de jengibre, colocamos las albóndigas de nuevo en la salsa y cubrimos de agua.
Dejamos cocer a fuego lento , comprobamos de sal y añadimos si lo creemos necesario y emplatamos.