Situada a orillas del arroyo que le da nombre, Alboreca, que vierte sus aguas (cuando las lleva) al Henares y que mantenía un molino, del que solo quedan ruinas y arboledas. Su pequeño casco urbano a los pies del monte, tiene el encanto propio de la arquitectura popular con tonos rojizos, casas de sillares y sillarejo esgrafiados con rejas de forja. Destaca una sencilla iglesia de inspiración románica.
Con la cantidad de visitantes que recibe la ciudad mitrada (el segundo destino turístico de Castilla La Mancha) y su cercanía, no debiera ser difícil conseguir que se desviaran a conocer estos lugares. Llevarían ingresos y, quien sabe, si ayudaría a fijar población.
Lar-ami