Estoy borracho, y en este momento nada mitiga más mi dolor que los dulces alaridos galos del segundo disco de Alcest, más chuncho y menos tuttifrutti que el LP anterior, si me preguntan. Lo cual siempre deberían hacer,
simios.
Estoy borracho, y en este momento nada mitiga más mi dolor que los dulces alaridos galos del segundo disco de Alcest, más chuncho y menos tuttifrutti que el LP anterior, si me preguntan. Lo cual siempre deberían hacer,
simios.