Ubicada a unos 10 kilómetros de San Pedro de Atacama, entre la Cordillera de la Sal y las dunas de arena se localiza la Aldea de Tulor, un antiquísimo conjunto habitacional Likanantai o atacamas o atacameños, pueblo originario que habitó el desierto de Atacama. La aldea Tulor fue descubierta en el año 1956 por el sacerdote jesuita Gustavo Le Paige.
Este asentamiento es uno de los sitios arqueológicos sedentarios más antiguos del norte de Chile cuya arquitectura es similar en algunos aspectos con otras culturas andinas como Wankarani en Bolivia y Potrero Grande en la Argentina.
Restos originales
La cercanía del río San Pedro permitió el asentamiento de los primeros habitantes en este difícil entorno, el desierto más árido del mundo, y es una muestra de la capacidad de adaptación del hombre en diversos lugares no muy amigables naturalmente.
Arbusto aromático de la zona
El modelo de asentamientos humanos con habitaciones circulares socavadas en el suelo tiene una antigüedad de miles de años, en la región, en aldeas como Tambillo, Tulán y otras.
Desde el año 600 aC, los habitantes de la región de Atacama se organizaron socialmente. Su identidad se plasmó en la producción de artesanías con formas, colores y diseños propios.
Volcán Likancabur
Bajo la mirada del volcán Likancabur, Tulor está localizada en una antigua ruta entre el Pacífico con Bolivia y el norte de Argentina. Razón por la cual participó del comercio e intercambio de bienes.Madera de chañar en la confección del techo
El lugar está administrado y conservado por la comunidad originaria atacameña de Coyo. La conservación es un desafío por la arena que el viento va acumulando en medio de las antiguas viviendas circulares de adobe.Restos del antiguo asentamiento
Es un lugar, como la mayoría en Atacama, donde hay que ir bien pertrechado contra los rigores del sol.Interior de una de las réplicas
Con el fin de mostrar el estilo de vida de los habitantes del lugar se han reconstruido réplicas.Para acceder hasta las cercanías de los restos de las construcciones se tiene una pasarela, con el fin de no pisar en las débiles estructuras de barro.
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