Aldeadávila de la Ribera, Salamanca

Publicado el 09 noviembre 2024 por Monpalentina @FFroi

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Aldeadávila es un pueblo salmantino que pertenece a la comarca de Vitigudino, situado en pleno Parque Natural de los Arribes del Duero con un importante patrimonio monumental y sobre todo natural, pues posee espectaculares parajes que atraen al turismo. Es la población más importante de La Ribera, de la que se considera su capital.

Aldeadávila es muy conocida y famosa incluso fuera de España debido a la construcción de la presa del mismo nombre, posiblemente el lugar más visitado del municipio, que supuso un importante aumento demográfico y también un cambio para la economía del pueblo, basada principalmente en la agricultura, con cultivos tradicionales como los viñedos y olivos, que se transforman luego en un buen vino y aceite de gran calidad, así como la ganadería, pero, gracias a la belleza de sus paisajes, el turismo rural proporciona a la localidad otra fuente de ingresos.

Aldeadávila conserva una arquitectura tradicional popular arribeña, donde tiene gran protagonismo la piedra de granito, es un laberinto de callejuelas, casas típicas blasonadas, bellos rincones y patios de piedra. Tiene la particularidad de que su casco urbano, desde la Edad Media, está dividido en dos barrios históricos con su propia personalidad cada uno: el de Abajo y el de Arriba.

Lo que más llama la atención cuando se divisa el pueblo es la torre de la iglesia, por su gran altura, llamada Torre de Aldeadávila, del siglo XIII, un torreón defensivo que desde el siglo XVI está unido a la Iglesia de San Salvador y pasó a ser su campanario. Conserva una puerta románica en la cara norte. Son de interés las Ermitas de San Sebastián, Santo Cristo y La Santa, el Convento de La Verde, construcción del siglo XII al XVIII. Entre las edificaciones civiles destacan el Palacio del Marqués del Caballero, del siglo XVIII, O la Plaza Mayor, donde podemos encontrar estelas funerarias medievales; merece mucho la pena visitar la iglesia románica de Corporario, una pedanía de Aldeadávila, de los siglos XIII y XIV que conserva una estela tardorromana y vestigios visigodos y prerrománicos. También son muy característicos los cruceros de Vía Crucis, de los siglos XVI y XVIII así como los chozos y las cortinas del campo. Bien merece una visita el museo etnográfico de Las Majadas Arribeñas para conocer la formas de vida tradicional arribeña.

Pero lo que más atrae al turismo son sus increíbles paisajes naturales, como el Llano de la Bodega, La Playa del Rostro (una zona muy visitada donde practicar piragüismo o dar paseos en barco por el Duero), y los diferentes miradores, el más famoso el Picón de Felipe, y otros tantos, que permiten apreciar los impresionantes desniveles y profundidad del cañón del Duero y disfrutar de unas vistas espectaculares.


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