Alegoría del Toisón de Oro de Luca Giordano

Publicado el 11 junio 2024 por Rmartin

Realizado hacia 1697

Pintura al fresco de 1400 X 155 cm

Techo del salón principal del Casón del Buen Retiro (Madrid)

La principal labor realizada por Giordano en España fueron las pinturas al fresco en El Escorial (escalera y bóvedas de la basílica), Aranjuez(despacho y dormitorio de Carlos II), Toledo (sacristía de la catedral) y Madrid, donde pintó cuatro conjuntos: la iglesia de San Antonio de los Portugueses o Alemanes, la capilla del Alcázar(destruida), la basílica de Atocha (destruida) y el Casón del palacio del Buen Retiro. En este último llevó a cabo la decoración de la bóveda y los paramentos verticales del salón central, así como los dos ámbitos adosados a éste, mencionados en la documentación de archivo como «antecasones». De todo ello solo permanece la bóveda del salón central, también conocido como «sala de baile», donde representó una compleja alegoría que ha sido tradicionalmente interpretada como el Origen de la Orden del Toisón de Oro.

En los paramentos verticales, debajo de la bóveda, mostró los Trabajos de Hércules (destruidos). En el ámbito de acceso al palacio colocó cuatro cuadros al óleo con batallas de la Guerra de Granada, tres de los cuales han sobrevivido hasta nosotros: dos en la colección del Patrimonio Nacional (ambos con el mismo título: Batalla de Fernando el Católico) y, el tercero, en el Museo de El Prado (Toma de una plaza fuerte). En la parte alta y siguiendo la forma de la bóveda situó dos medios puntos con las batallas que precedieron la toma de dicha ciudad por parte de Fernando el Católico; mientras que en las pechinas aparecían las cuatro partes del mundo (destruidas). En el ámbito de acceso al jardín (extremo este del Casón) representó una escena alegórica dominada por el Sol conduciendo su carro, el cual recibe sacrificios de los pueblos que lo adoraron (destruido). Existen motivos para considerar que Giordano pudo haber realizado este conjunto en dos momentos sucesivos: probablemente intervino por primera vez en torno a 1697, donde pudo llevar a cabo la bóveda con la Alegoría del Toisón y, quizás también, los Trabajos de Hércules. En 1701 Giordano volvió a trabajar en el Casón, probablemente en los dos ámbitos de acceso desde el palacio y los jardines donde realizó las obras citadas. Giordano presenta una compleja iconografía repleta de símbolos, personajes históricos o mitológicos y alegorías, todos ellos relacionados con la historia de la mo­narquía española, que mostraba así su antigüedad, potencia militar y su preeminencia entre las casas reales eu­ropeas.

Los dos grupos fundamentales fueron colocados en los testeros este y oeste, esto es, los primeros en ser vistos por aquellos que entraban por la puerta que da a los jardines y la que conecta con el palacio. Al este situó la escena más celebrada: La entrega del vellocino a Felipe el Bueno de manos de Hércules, origen mítico de la orden del Toisón de Oro. Con ello Giordano se permitió la licencia de sustituir al adúltero Jasón por Hércules, considerado tradicionalmente como el origen mítico de la monarquía hispánica. En el lado opuesto aparece la representación alegórica de España a través de una figura femenina que porta los cuatro cetros de sus reinos, sobre la que se sitúan sus virtudes. A sus pies se encuentran los pueblos de diverso origen y religión, que se someten mansamente a su autoridad; así como la Herejía (dragón) y el Furor, el Poder Temporal (león con cetro), los Reinos (armiños y coronas) y las Riquezas (joyas y objetos de oro y plata). Entre ambos conjuntos se representa un grupo muy numeroso de figuras cuya identificación y significado no resulta fácil desentrañar. Así, sobre la escena en que Hércules entrega a ­Felipe el Bueno el Vellocino o Toisón para que lo coloque en el collar de la orden, Giordano dispuso un elegantísimo escudo de los territorios sometidos al rey de España y, a continuación, la representación de la bóveda celeste en la que reina Júpiter, rodeado de otros dioses del Olimpo. A los lados de este eje se disponen las cuatro edades de la humanidad, las estaciones, Cibeles, Minerva, los gigantes, etc. Sobre la cornisa situó las figuras de las nueve musas (Erato se perdió en 1960), cobijadas entre los lunetos, sobre los cuales aparecen parejas de filósofos en grisalla, dispuestos por delante de una balaustrada fingida a la que se asoman personajes varios, alguno de los cuales de difícil identificación. Lamentablemente, la bóveda ha sufrido graves desperfectos en momentos diversos de su historia, provocados por su frágil estructura de madera, por filtraciones de agua o por problemas estructurales del edificio. Sucesivas «restauraciones» habían repintado enteramente su superficie, hasta el punto de hacer prácticamente invisible la pintura original. Por tal motivo y para detener su creciente deterioro, en el año 2000 comenzó su proceso de consolidación, limpieza y reintegración, que culminó con éxito en 2004. Gracias a esta intervención, la pintura ha recuperado su colorido original y se han suprimido los groseros repintes que la cubrían.

TEXTO: Web del Museo de El Prado

Ramón Martín