El Alejandro que a mí me interesa nació en Badajoz hace 23 años, es el mayor de seis hermanos, acaba de firmar una tarde histórica en México y ha mostrado su faceta más personal en laSexta Noticias.
Sé que muchos taurinos pensarán qué pinta un torero haciendo yoga por la tele. Por qué no sale pegando estocadas. O liándose el capote de paseo. O jugando al frontón, que es un deporte muy de toreros –o lo era, hasta que llegó el pádel–. O escuchando flamenco.
Y lo cierto es que me da igual lo que digan los taurinos. De hecho, casi preferiría que no estuvieran muy de acuerdo con lo que hago, porque eso significa que mi trabajo se acerca más al mundo real que a ese reducto endogámico y anticuado donde pocos son capaces de mirar más allá del propio ombligo, donde se confunde la liturgia con el sectarismo y la tradición con el cerrojo.
Alejandro Talavante entiende que el toreo es liturgia, sí. Que es tradición, sí. Que es leyenda, que es entrega, que es respeto, que es sueño. Pero que también es un arte que debe abrirse al mundo. Que tiene que bajarse del pedestal. Adaptarse a la sociedad actual. Entrar por los ojos para conquistar el alma.
Tiene suerte de contar al lado con Olga Adeva. Lo que yo pueda decir de ella quizá no tenga demasiado valor, porque es amiga y referente, pero no tiro de emociones cuando afirmo que trabaja a la perfección. Que sabe conjugar como pocos las apetencias y circunstancias del torero con las necesidades de los medios. Que sabe cuándo, cómo y dónde tiene que hablarse de su torero. Y quién debe hacerlo. Y lo pone todo en bandeja para que el trabajo resulte tan agradable como resolutivo.
Cuando las figuras se reunieron con Sinde para tratar de que las competencias taurinas se transfiriesen de Interior a Cultura, emprendí una cruzada personal para que los toreros tuvieran en laSexta, el medio en el que trabajo –y al que muchos acusan, sin saber, de "antitaurino"–, un espacio en el que se mostrasen como personas más allá de la plaza. En el que nos contasen cosas que pudieran interesar no sólo al que les ve en el ruedo, sino también al que nunca ha pisado un tendido más que para acudir a algún concierto. Todo fueron buenas palabras, pero de momento sólo ha habido una acción: la del tándem Talavante-Adeva.
El problema es llegar hasta ellos. Y ahí es donde debe radicar la solución. En la accesibilidad. En que el toreo entienda, de una vez por todas, que para ser visible debe ser noticioso. Y debe serlo más allá de la plaza, por injusto que parezca y atrevido que resulte proponerlo. De todos modos, ¿qué es el toreo sino atrevimiento?
Para ver el reportaje de Alejandro Talavante en laSexta Noticias, pinchad aquí.
Os dejo también un vídeo con los mejores momentos de la actuación de Talavante en la México. Merece la pena. Es un Alejandro más profundo, más entregado, más relajado, más sentido. Es más Talavante. Más maduro. Más esperanzador. Aunque habrá de afilar la espada si quiere poner boca abajo la temporada.