Todo lo que sucede ayuda al ser humano en su camino evolutivo, y la expansión de la conciencia no termina con nuestra vida. El ser colectivo que somos continúa avanzando: hace apenas 30 años destruíamos el planeta sin ninguna conciencia de estar generando desequilibrio. Hoy los productos, actitudes y pensamientos ecológicos están a la orden del día (y creciendo).
El universo, pura conciencia, se expande sin límites en continuo equilibrio.
La conciencia no conoce barreras.