Alejandro Magno y la conquista de la India
Alejandro se enzarzó en una feroz contienda contra los aspasioi en la que le hirieron en el hombro con un dardo, pero en la que los aspasioi perdieron la batalla y 40.000 de sus hombres cayeron prisioneros. Los assakenoi fueron al encuentro de Alejandro con un ejército de 30.000 soldados de caballería, 38.000 de infantería y 30 elefantes, lucharon valientemente y opusieron una tenaz resistencia al invasor en las batallas de las ciudades de Ora, Bazira y Masaga, ciudad esta última cuyo fuerte fue reducido sólo tras varios días de una sangrienta lucha en la que hirieron a Alejandro de gravedad en el tobillo.Mientras todas estas matanzas ocurrían en Masaga y Ora, varios assakenoi huyeron a una alta fortaleza llamada Aornos donde Alejandro los siguió de cerca y capturó la roca tras cuatro días de sangrienta lucha. La historia de Masaga se repitió en Aornos, y la tribu de los assakenoi fue masacrada.
Sisikottos, que había ayudado a Alejandro en esta campaña, fue nombrado gobernador de Aornos. Tras reducir Aornos, Alejandro cruzó el Indo y luchó y ganó una batalla épica contra el gobernador local Poros, que controlaba la región del Punyab, en la Batalla del Hidaspes del 326 a. C.
Alejandro y Poros durante la Batalla del Hidaspes de Charles Le Brun
Tras la batalla, Alejandro quedó tan impresionado por la valentía de Poros que hizo una alianza con él y le nombró sátrapa de su propio reino al que añadió incluso algunas tierras que éste no poseía antes. Alejandro siguió conquistando todos los afluyentes del río Indo.
Al este del reino de Poros, cerca del río Ganges, estaba el poderoso imperio de Magadha gobernado por la dinastía Nanda. Temiendo la perspectiva de tener que enfrentarse con otro gran ejército indio y cansados por una larga campaña, el ejército macedonio se amotinó en el río Hífasis (actualmente, río Beas), negándose a seguir hacia el este por lo que, este río marca el límite más oriental de las conquistas de Alejandro.
Alejandro, tras reunirse con su oficial Coeno, se convenció de que era mejor regresar. Alejandro no tuvo más remedio que dirigirse al sur. Por el camino su ejército se topó con los malios. Los malios eran las tribus más aguerridas del sur de Asia por aquellos tiempos. El ejército de Alejandro desafió a los malios, y la batalla los condujo hasta la ciudadela malia. Durante el asalto, el propio Alejandro fue herido gravemente por una flecha malia en el pulmón.
Sus soldados, creyendo que el rey estaba muerto, tomaron la ciudadela y descargaron su furia contra los malios que se habían refugiado en ella, llevando a cabo una masacre, y no perdonaron la vida a ningún hombre, mujer o niño. A pesar de ello y gracias al esfuerzo de su cirujano, Critodemo de Cos, Alejandro sobrevivió a esa herida.
Alejandro y la conquista de la India
Después de esto, los malios que quedaron vivos se rindieron ante el ejército alejandrino, y éste pudo continuar su marcha. Alejandro envió a la mayor parte de sus efectivos a Carmania (al sur del actual Irán) con su general Crátero, y ordenó montar una flota para explorar el Golfo Pérsico bajo el mando de su almirante Nearco, mientras que él conduciría al resto del ejército de vuelta a Persia por la ruta del sur a través del desierto de Gedrosia. Alejandro dejó, no obstante, refuerzos en la India.
Nombró a su oficial Peitón sátrapa del territorio del Indo, cargo que éste ocuparía durante los próximos diez años hasta el 316 a.C., y en el Punyab dejó a cargo del ejército a Eudemos, junto con Poros y Taxiles. Eudemos se convirtió en gobernador de una parte del Punyab después de que éstos murieran. Él y Peitón volvieron a occidente en el 316 a. C. con sus ejércitos.
El carácter de Alejandro
Una de las preguntas que más subyuga al historiador es la relativa al verdadero carácter de Alejandro. ¿Era un maníaco? ¿Padecía un complejo de Edipo irresuelto? ¿Era incapaz de controlar sus pasiones? Las fuentes permiten trazar un perfil bastante seguro del conquistador. Hombre muy religioso (todos los días ofrecía sacrificios a los dioses), era valiente, audaz, desprendido, frugal, humanitario y culto. Esas circunstancias explican la enorme popularidad que tuvo entre los pueblos conquistados, a los que trató con respeto, a pesar de imponerles un proceso de helenización que, tiempo después, sería aprovechado por Roma. Sin embargo, no es menos cierto que el paso del tiempo fue cambiándolo y que manchas como el incendio de Persépolis o la muerte de Clito son innegables.Autor: Francisco de Asís López Avellaneda para revistadehistoria.es
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BIBLIOGRAFÍA
Bosworth, A.B. (Akal, 2005): Alejandro Magno
Vidal, C.: CAMBIARON LA HISTORIA. Planeta dágostini. 2007.
biografiasyvidas.com/…/alejandro_magno
wikipedia.org/wiki/Alejandro_Magno
artehistoria.jcyl.es/historia/…/4186.htm
judaismovirtual.com/…/v.alejandro_magno.php
aishlatino.com/h/j/abc/48420912.html
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