Alemania llegaba a la final escudada por el talento de cada uno de sus jugadores, un talento similar al de la selección española, que ha reinado en el fútbol mundial en los últimos seis años. Los germanos, sin ninguna duda eran los grandes favoritos antes del Mundial y mucho más tras las palizas humillantes a la Portugal del inexistente Cristiano Ronaldo (4-0) y la anfitriona Brasil (1-7).
Argentina, en cambio, llegaba de una forma muy diferente, amparada por la magia del ’10′, que resolvió la mayoría de los compromisos de su equipo con sus jugadas magistrales, como siempre, ayudado por la seguridad defensiva de su equipo.
Pese a que los medios de comunicación madrileños han intentado boicotear el gran Mundial de Leo. Ahí quedaban los goles marcados por el argentino de forma individual contra Bosnia (2-1), el supergol contra Irán (1-0) o los dos golazos marcados a Nigeria para imponerse con su equipo (3-2), además de la asistencia a Di María en jugada sensacional contra Suiza en la prórroga (1-0) o la que acaparó el balón instantes antes de que Higuaín marcase el gol de la victoria ante Bélgica (1-0).
Tan sólo Holanda consiguió detenerle concentrando a 7 jugadores tras su persona que lo maniataron, eso sí, sacrificando su atrevimiento ofensivo, lo que llevó la semifinal a un tedioso empate a cero resuelta en los penaltis, en los que Messi abrió la tanda marcando el primero, como hacen los verdaderos líderes, no esperando al quinto lanzamiento para llevarse la gloria individual, arriesgando la suerte de su equipo sin llegar a tirarlo.
La final del Mundial salió según lo planeado tácticamente por el maestro Sabella: Alemania tenía el balón pero todas las ocasiones eran de Argentina con Messi al mando. Tan solo en el tiempo de descuento logró Alemania inquietar a Romero en un córner que se estrelló en el poste.
En el transcurso del partido Low volvía a estar perdido y Sabella lo aprovechó fantásticamente en el descanso, lanzando a su equipo a por el partido contra una Alemania que no sabía a qué estaba jugando.
Los errores argentinos de cara a puerta hipotecaron la final para Argentina para satisfacción de algunos podridos medios de comunicación que no soportan ver triunfar a Messi, abanderado del barcelonismo, y de esa manera conseguirán menospreciar el gran mundial del 10 argentino, al que se le escapa otra oportunidad de ganar la copa del mundo, ya que en la prórroga todos los jugadores argentinos estaban rotos (llevaban 3 prorrogas consecutivas). Bueno, todos menos Mascherano, jugador que cuando se enfunda la camiseta de su selección se trasforma de sobremanera.
El agotamiento físico de la albiceleste lo aprovechó tímidamente Alemania, que con un golazo de Mario Gotze, ha obtenido su cuarto título.
Pero el que sepa de fútbol siempre sabrá que la Argentina de “la pulga” llegó a una final que mereció ganar, pese a que las estrellas argentinas de talla mundial Higuaín, Lavezzi y el Kun Agüero, hayan hecho un mundial desastroso: tan solo 1 gol marcado entre los tres en todo el torneo. Además, hay que recordar que el portero de Argentina ni siquiera es titular en su equipo, el Mónaco, y que los centrales Garay y Demichelis, son los descartes desechados de Madrid y Bayer.
Pese a la victoria de Alemania, estos datos agrandan aún más el valor de lo realizado por Messi, camino de leyenda del fútbol de todos los tiempos.