La ciudad de Nuremberg ha optado por conservar los sitios de concentración del partido nazi tras décadas de debate sobre la preservación del sitio. Los sitios de congregación del partido, que ahora se están desmoronando, fueron diseñados en gran parte por el arquitecto jefe de Hitler, Albert Speer, e incluyen la enorme tribuna Zeppelin donde, de 1933 a 1938, el líder nazi declamó discurso racistas a medio millón de seguidores del partido que se reunían allí cada septiembre.
Julia Lehner, jefa de cultura de la ciudad del sur dijo a la agencia de noticias AFP que “aquí es donde empezó todo: la destrucción, la exclusión y, al final, el Holocausto”.
La decisión se produce en medio de los preparativos para conmemorar el 75 aniversario de los juicios de posguerra de los principales secuaces de Adolf Hitler. Después de dos décadas de debate, la ciudad restaurará el sitio para el 2025.
El Salón de Congresos clásico nunca terminado es el segundo edificio más grande de la era nazi que aún se encuentra en pie, después del complejo recreativo Prora en el mar Báltico.
El costo de 85 millones de euros será compartido por la ciudad, el estado de Baviera y el gobierno federal. Esto servirá para evitar una mayor erosión estructural de los edificios.
Un plan futuro para recordar el pasado
El campo se convertirá en un parque y las señales explicarán la historia y el significado de cada edificio. Zeppelin Field con sus gradas de piedra frente a la tribuna se utilizó durante mucho tiempo como campo de deportes para los soldados estadounidenses y más tarde para conciertos de rock de la talla de Bob Dylan.
Se trata de “hacer hablar a las piedras”, dice Lehner. “Contando su historia e insistiendo siempre en que no se puede permitir que vuelva a suceder”.
“Los edificios que aún existen hoy en día son un documento de la era nacionalsocialista”, dice Florian Dierl, director del Centro de Documentación Party Rally Grounds.
“Esto significa que, como artefactos arquitectónicos, representan la imagen ideal que tenía el régimen nacionalsocialista del Tercer Reich”.
La comunidad judía de Nuremberg ha abrazado los planes, y el presidente dijo que es bueno recordarle a la gente sobre la ideología totalitaria que encarnan los edificios.
El Palacio de Congresos también está cerrado al público y su planta baja actúa como almacén para las pequeñas cabañas que conforman el mundialmente famoso mercado navideño de Nuremberg. Está previsto que el palacio se convierta eventualmente en el hogar de estudio para artistas.
Desde 2001, un centro de información con documentos funciona al margen del terreno y sirve para proporcionar un contexto histórico. Ahora se convertirán en un monumento vivo con un mensaje duradero: nunca más.