El ministro de salud declaró recientemente que no era admisible que los que colaborasen por razones económicas podían ser amenazados hasta con tres años de cárcel mientras que familiares y amigos quedarían exentos de la ley. Dónde estaría el límite? Como muy bien dijo el presidente de la Asociación Médica Alemana la idea es una cosa de locos.
Mientras tanto se suceden en el mundo suicidios asistidos de la forma más sórdida que podamos imaginarnos. Como es el caso de dos marineros estadounidenses que vivían en Virginia. Curran, de 45 años, estaba separado de su esposa y había caido en el alcoholismo. Quería suicidarse, pero también quería que su familia recibiese alguna compensación económica después de su muerte. Así que le pidió a Bricker, quien había sido marinero como él en el portaaviones Harry S. Truman, que le ayudase a matarse. En 2009 los dos hombres se fueron a un parque. Curran se estranguló con una cuerda amarilla hasta que se desmayó. Luego Bricker lo apuñaló en el pecho.
El suicidio asistido fue totalmente altruista. Bricker rechazó incluso la oferta de Curran de 5.000 dólares. Su abogado destacó que "no es malo. Él no lo hizo con malicia. Él estaba tratando de ayudar." Sin embargo, la viuda de Curran indicó que Bricker debían haber informado de la solicitud de su amigo. "Eso es lo que un verdadero amigo haría", dijo a la corte entre lágrimas. "Creo que el suicidio asistido es el equivalente al asesinato." Bricker, recibió una condena de 10 años por homicidio voluntario.