Nur Sonntags: ¿Y cómo eran las condiciones laborales en el hotel?
J.D.: Buenas, para ser unas prácticas nos pagaban realmente bien, y me avisaron con poca antelación, pero conseguí encontrar pronto un cuarto en un piso compartido.
N.S.: Bueno, me refería a las condiciones de los trabajadores del hotel, no de la dirección...
J.D.: Pues son buenas, este hotel da trabajo a unos 500 empleados.
N.S.: ¿Y todos tienen un trabajo a tiempo completo o son trabajadores por horas o a media jornada?
J.D.: Bueno, a tiempo completo son esos 500, que tienen su contrato indefinido, pero como trabajadores externos o por horas hay cerca de unos 5.000.
N.S.: ¿Y cuántas camas tiene este hotel?
J.D.: Unas 350...
Este es solo un ejemplo de lo que en Alemania se conocen como “Leiharbeitern” o trabajadores a tiempo parcial, cuyos ingresos en ocasiones no les cubren todas las necesidades y se ven obligados a pedir ayudas al estado a pesar de trabajar el mismo número de horas o más que los trabajadores con contratos a tiempo completo, cobrando además de media la mitad que aquellos.
En Alemania existe un subsidio de desempleo similar al español, que tiene en cuenta el número de meses trabajados, y que es un porcentaje del sueldo anterior.
Una vez agotado el mismo, y si el trabajador no ha encontrado una nueva ocupación que le proporcione ingresos, exite el llamado “Hartz IV”, que es una ayuda estatal que consiste en el pago del alquiler y las facturas energéticas, así como unos 359 euros al mes y unos 250 por cada hijo. Y alguna que otra ayuda extraordinaria, que ha de ser valorada por el funcionario de turno.
Además estos trabajadores tienen derecho a trabajar un número limitado de horas hasta ganar un máximo de 400 euros sin perder la prestación.
Este sistema, para el maltrecho parado de larga duración español, puede sonar positivo, sin embargo, ha transformado el mercado laboral alemán.
Los liberales aseguran que se ha flexibilizado el mismo, sin embargo, hay personas que denuncian que el trabajo que realizaban, ahora pasa a hacerlo una de estas personas que oficialmente está en paro, pero que resulta, claro, una mano de obra más barata y con menos derechos laborales.
Además hace unos años se inventaron el “trabajo por un euro”. Con la excusa de dar una actividad a los parados para que no se desligasen del mundo laboral y devolviesen a la sociedad lo que generosamente esta les ofrecía en forma de ayudas estatales, los perceptores de estas ayudas, oficialmente inscritos como parados, tienen la obligación de trabajar para el estado por un euro la hora.
Luna Bolívar realizó esta entrevista a un músico en paro para Periodismo Humano en la que señala muchos de los problemas de que los parados se vean obligados a trabajar por un euro la hora, de forma simbólica.
El mes pasado hubo una discusión política que iba a marcar las elecciones regionales alemanas, que tienen influencia en la política alemana al configurar el Bundesrat, el senado alemán.
Entonces tuvo lugar la catástrofe nuclear de Fukushima, y la intervención en Libia. Estos acontecimientos y las decisiones políticas que se han tomado en relación a ellos han marcado el debate político de las campañas electorales, que hasta entonces estaban mas centrados en la eduación y en las ayudas sociales como el subsidio del paro.
El tribunal constitucional declaró ilegal el subsidio que reciben los parados de larga duración, el Hartz IV, ya que no cubre todas las necesidades materiales de la persona, lo cual está recogido en la constitución alemana.
Se ha llevado a cabo en los últimos meses una reforma de este subsidio que, curiosamente, al contrario de lo que señalaba el constitucional, ha supuesto un recorte de gastos que consideraban “innecesarios” como la subvención para estas personas de entradas para espectáculos o el pago de alcohol y tabaco, que también recogía con anterioridad el subsidio.
En contraprestación se ha implantado una subida de 5 euros al mes de la prestación, algo ridículo y muy criticado.
El ministro de Turingia, del conservador CDU, Dieter Althaus, propugna una renta básica de 600 euros al mes. Y el dueño de la cadena de droguerías DM, Götz Werner, defiende una renta incondicional de 1000 euros para todos los ciudadanos alemanes.
Una renta de 1000 euros con la configuración presupuestaria actual, necesitaría de un incremento de unos 250 mil millones de euros en los programas de ayudas sociales para garantizar una renta básica a todos los ciudadanos alemanes.
Los extranjeros no entran por supuesto en estas ayudas, a no ser que vivan en una ciudad concreta al menos cinco años, o hayan trabajado un año con un contrato a tiempo completo.
Esto último les resulta especialmente complicado a los trabajadores extranjeros menos cualificados, que se ven obligados a ir de un trabajo temporal a otro, sin derecho a desempleo ni ayudas de ningún tipo.
Dos tercios de todas las horas de trabajo en Alemania no son remuneradas, bien como trabajo doméstico, bien como cuidados o trabajo voluntario (TAZ, 18.03.11). La renta básica de la que se habla en Alemania se sitúa entre los 400 y los 1.500 euros.
Las ventajas de un sistema de renta básica son que el ciudadano recibe unos ingresos incondicionales de partidos, sindicatos u otros ciudadanos por el simple hecho de existir. En esta conferencia Daniel Raventós explica más a fondo la Renta Básica de Ciudadanía:
Conferencia 'Renta Básica de Ciudadanía', por Daniel Raventós from siroco on Vimeo.
Los principales problemas y objeciones que se pueden encontrar en relación a la Renta Básica es que no todas las personas necesitan lo mismo, en el mismo momento, y esta renta puede resultar ser escasa en caso de necesidad extraordinaria.
Otro de los problemas es el adormecimiento de los ciudadanos, cuya capacidad de reivindicación puede verse afectada mediante estos subsidios, al actuar los mismos como calmantes sociales, según teorías de corte más libertario.
Desde luego, lo que está claro es que este término no tiene nada que ver con la llamada “Renta Básica de Emancipación” que existe en España.
Un invento orwelliano para apropiarse de un término que se comenzaba a poner de moda, una ayuda a la empancipación de los jóvenes que no cubre de lejos a todos los jóvenes y que nada tiene que ver con el concepto de renta básica.