Algunas personas son alérgicas al hule natural con que se fabrican cinturones, zapatos deportivos, condones, globos, chupetes, guantes y muchos otros artículos. La mayoría de los afectados son enfermeras, médicos, dentistas y personal de laboratorios de análisis clínicos, así como pacientes que se han sometido a muchas operaciones o procedimientos dentales.
Las reacciones alérgicas, causadas por las proteínas del hule, van desde erupciones cutáneas y estornudos hasta irritación de garganta y choque anafiláctico. Aunque algunos investigadores como Jay Slater trabaja en la búsqueda de una vacuna, hasta la fecha el único tratamiento es evitar el contacto.
Algunas personas alérgicas al hule también deben abstenerse de ciertos alimentos que pueden causarles reacciones, como el plátano, el kiwi, el aguacate y las castañas. Alergenos menos comunes en estos casos son la papa, el tomate y frutas drupáceas como los duraznos, las cerezas y las ciruelas.
Las alergias se cuentan entre las enfermedades crónicas más comunes, y suponen la pérdida de incontables días laborales y lectivos. Aún así, hay manera de hacerles frente: reducir en la medida de lo posible la exposición a los alergenos y tomar los medicamentos que prescriba el médico. Las alergias son para tomarse en serio, pero no debemos permitirles que nos gobiernen.