Alerta spoiler: los Reyes son los niños

Por José Mª Ruiz Garrido @laparejadegolpe

Y cada año lo tengo más claro. Los Reyes Magos son los niños y niñas. Y las mamás, y las titas, y los primos, y hasta yo. ¿Y por qué saco este tema ahora que hace semanas que pasaron las fiestas? Pues por la sencilla razón de que este año, el secreto de los Reyes Magos ha sido desvelado en la Academia-Jedi, y no sabía muy bien cómo enfocarlo.
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-"Papi, ¿podemos poner esta noche una cámara grabando en el salón?" -"¿Y cómo aparecen en casa?" -"Los nombres que hay en estos regalos tienen tu letra, Papi"...
Una tarde Javi me lanzó directamente que sospechaba que los Reyes Magos era yo. No su madre, una ONG, o un repartidor de Amazon. Yo. Ana también estaba recelosa, pero se mantenía al margen. En esta ocasión dejó que su hermano manejara la cuestión. No sé si lo habrían escuchado en el cole, o se lo diría algún otro niño, pero la curiosidad era más potente y la fantasía ya hacía aguas. Aunque la sonrisa de su cara mantenía la misma ilusión. Descubrir un secreto también puede ser emocionante.
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La fantasía y la inventiva son importantes y sanas para el crecimiento de los niños y niñas, como jugar a ser Spiderman y luchar con un T-Rex. Explotan su imaginación y su creatividad, pero saben que es un juego y que son personajes de ficción. Existe una gran diferencia entre jugar con seres imaginarios y mentir sobre su existencia. Más aún ya con ocho años. Desde el principio, no había intención ninguna de que crecieran creyendo en los Reyes de Oriente, pero asumimos la tradición y la herencia cultural. Y no podía frustrar su ilusión, hasta que estuvieran preparados.
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Así que les hemos revelado el secreto. No recuerdo las palabras exactas, ni si fuimos lo suficientemente convincentes. Les intentamos explicar que la fantasía de los Reyes, el secreto, la magia y los regalos forman parte de el cariño y el amor de las personas que los quieren. Y que deben esperarlos y recirbirlos con la misma magia e ilusión. Como la de los regalos de cumpleaños, que también se mantienen en secreto. Es un paso normal, natural, cuanto menos drama, mejor para todos. Y aún así, mi mayor miedo era que pudieran sentirse engañados, o decepcionados por la mentira de sus padres. La sensación fue una mezcla primero de culpa -cómo no, los padres siempre sentimos culpa, por todo-, luego de desahogo -al ver cómo lo encajaban en su cabeza y aceptaban las explicaciones-, y más tarde de cierta pena. Me quedó la sensación que aún querían seguir creyendo en la magia. O tal vez fuera yo. Pasamos una etapa especial y llegamos a otra, no sé si menos infantil, pero sí menos inocente. Y aunque sea lo natural, sientes un poco de lástima.
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Siempre he comentado que laNoche de Reyes es una de las fechas más bonitas del año, y siendo padres esa idea se ha reforzado. A la emoción con la que preparábamos este juego de ficción para fomentar su ilusión y cómo disfrutábamos de su alegría, se sumaba a la intrínseca del momento. Esa ilusión que uno también sentía de pequeño, vuelve cuando empiezas a vivirlo con las miradas de tu hijo, con las sonrisas de tu hija. Ahora espero que sigamos viviéndola igual, pero sabiendo, ellos y nosotros, que la ilusión viene de recibir regalos y amor de quien más te quiere -y no por un chantaje para ser buenos-, con complicidad, sinceridad y confianza.
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Y es el mejor regalo que pueden seguir dejándome durante unos años más mi Rey y mi Reina Maga.

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