Una vez más la historia nos deja hechos inexplicables escritos para que, tal vez en el futuro, alguien pueda encontrar una lógica al comportamiento humano que, humildemente, yo no encuentro.
Y es que, a lo retorcido de la realidad Griega, que recordamos convulsa en su desesperación por los recortes a los que el liberalismo europeo sometió (ese liberalismo que aún se pregunta por qué hoy cede terreno al ultranacionalismo) y que vuelve al origen de su problema, con un apoyo masivo al partido que creó la trampa, la deuda, y el porqué del sufrimiento griego.
Cabe recordar que el partido conservador Nueva Democracia fue quien, bajo asesoría del entonces encargado europeo de Goldman Sachs, llamado Mario Draghi, emitió cantidades astronómicas de deuda en moneda extranjera, para ocultarlo a Europa. Ese monto de deuda extranjera ilegal y oculta, destapada por el Pasok (El partido socialdemócrata Griego) fue lo que la hundió en un agujero económico del que no podía salir más que recortando gasto social hasta el infinito, y aceptando préstamos europeos impagables.
Había otra forma, pero el liberalismo no la contempla cuando los países afectados no son grandes potencias: el default o impago. Alemania o España han hecho múltiples default a lo largo de la historia, pero ya no, ahora gobierna el liberalismo.
Bien, pues hoy vuelve al poder el partido que gestó y ejecutó la desgracia Griega. Muchos se preguntan por qué. Y más si miramos los datos: Grecia está en su mejor momento desde que todo empezó.
Grecia está en su mejor momento con Tsipras, atendiendo a los parámetros capitalistas, claro.
El PIB Griego abandonó los números negativos desde el segundo trimestre de 2017, algo que en parámetros capitalistas es positivo, se considera el primer síntoma de crecimiento económico, que no se daba desde finales de 2014. La inflación se sitúa en 0.2%.
Si atendemos al PMI manufacturero, también ha estado creciendo desde el segundo trimestre de 2017.
¿Y la bolsa?
Porque un país que no goza de confianza tiene sus mercados hundidos, dicen.
La bolsa griega con Tsipras, ha vivido una de las mejores etapas de su historia, alcanzando máximos de 2015 esta semana, en 900.31 puntos, y con un el Athens General Composite disparado más de un 50% en lo que va de año.
A nivel de fundamentales, las siete principales compañías del índice griego han duplicado sus beneficios.
Entonces ¿Por qué sale Tsipras?
La misma respuesta que se puede aplicar en España es que, los parámetros capitalistas de bonanza económica no van ligados a los parámetros sociales de bonanza. Que las empresas ganen dinero y la bolsa tenga beneficios no significa que los ciudadanos tengan porvernir.
Tsipras fue un engaño, un Felipe Gonzalez, un Zapatero, y, previsiblemente, un Pedro Sánchez.
Bajo un programa de “izquierda radical” y una apariencia de socialdemócratas, se escondía otro siervo del capital que antepuso la devolución de la deuda al bienestar social.
Los griegos lo saben, lo han comprobado, y han dejado de votar. Los que nunca dejan de votar, porque no conocen el significado de visión crítica, lo han seguido haciendo a los que les dan el carnet de socio, como su club de futbol, y la derecha ha vuelto al poder.
La memoria es olvidadiza, y eso hace que repitamos la historia una y otra vez.