Alfajor argentino relleno de dulce de leche y chocolate

Publicado el 30 julio 2018 por Fenicia27

Yo conocía como alfajor a esos dulces en forma de rulito típico de Medina Sidonia en Cádiz. Un día me ofrecieron un alfajor argentino y sorpresa, la apariencia no tenía nada que ver pero al probarlo, vaya que estaban ricos también. Que me pongan mitad de cada uno ( de los de aquí y de los de allí). Estos dulces son muy típicos en gran parte de Sudamérica, pero son archiconocidos los argentinos. Me comentaron que existe variedad con respecto de la zona o región, pero yo elaboré esta receta de alfajores cubiertos de chocolate. Seguro que no son como los originales, pero yo puse empeño.INGREDIENTES:350 gr de harina de repostería150 gr de maicena160 gr de mantequilla en textura de pomada150 gr de azúcar15 gr de levadura o polvo de hornear1 cucharadita de vainillaDulce de leche reposteroChocolate para fundir1 huevo1 cucharada de Nutella60 gr de aguaELABORACIÓN:

  • En primer lugar batimos la mantequilla junto al azúcar. Cuando todo este integrado añadimos  el huevo, la vainilla, el agua y la Nutella. Mezclaremos todo muy bien.
  • Mezclamos la levadura con la harina y la maicena. Luego tamizamos sobre la mezcla anterior. Amasamos un poco, cuando más o menos estén integrados los ingredientes, lo volcamos en papel film e introducimos en el frigorífico (15 minutos).
  • Pasado el tiempo recomendado, estiramos la mas y con un cortapasta o un vasito iremos tomando circulitos de unos 5 milímetros. 
  • Los iremos colocando en una bandeja de horno con papel especial para el mismo. Introduciremos en el horno a media altura a temperatura previa de 180º.
  • Dejamos unos 6 minutos y después sacamos y dejamos enfriar. Nos debe quedar una especie de galletita blanda.

  • En una manga pastelera, introducimos el dulce de leche e iremos rellenando una tapita, después colocamos otra tapita encima. 
  • Fundimos el chocolate en el microondas ( o al baño María). Pondremos sobre una rejilla con un plato debajo y bañamos los alfajores, primero por una cara y luego por otra dejando secar entre una operación y otra.
Los metí un ratito el frigorífico y se agrietaron, pero aún así, estaban muy buenos.

El resultado bien vale un té a falta de mate y nos cruzamos el charco de inmediato.