Abre tus ventanas. Deja que la luz y el viento entren en tus espacios, limpiando la energía a su paso. Fíjate si hay muebles con filos, vigas, columnas sobre los lugares de descanso o de trabajo. Una casa u oficina con exceso de luz y paredes blancas, donde los muebles son de colores vivos y desiguales, produce exceso de energía yin, lo que genera discusiones, roces, desequilibrio y problemas. El mismo efecto negativo ocurre en un espacio oscuro, atestado de muebles y donde no circula el aire. Las malas energías terminarán por afectar tu equilibrio.
Pinta las paredes con colores cálidos, ordena los muebles y estantes; desecha todo aquello que no necesitas. No abuses de cojines ni de objetos decorativos. Limpia tus espacios con sal marina y lavanda. Coloca incienso de sándalo y toca una campana para expulsar las malas energías.
Cerrar ciclos y seguir adelante
Cuando vives una ruptura, bien sea amorosa, laboral o amistosa, se activa tu mecanismo de respuestas frente a la pérdida, el fracaso o el duelo. Algunas personas se quedan ancladas en el dolor o en su papel de víctimas, mientras que otras prefieren atascarse en la rabia o el ataque permanente hacia quien ya no está. Este catálogo de reacciones dice mucho más de lo que pretende en apariencia.
Para sanar el dolor, la culpa o el rencor, debes comenzar por aceptar que todo lo sucedido es de tu absoluta responsabilidad. Todo ello forma parte de un compromiso mayor con una verdad que debes reconocer y sanar. Concéntrate en identificar qué es lo que tienes que aprender y sacar de tu vida. ¿Cuántas veces has repetido situaciones o experiencias? Revisa si lo que acabas de vivir pareciera otro capítulo de una misma historia. Identifica las señales, te sorprenderá descubrir que lo trascendental va más allá de las heridas, la envidia o los insultos.
Busca una terapia que te ayude a enfrentar lo que debes resolver. El universo te ha mostrado, una y otra vez, lo que necesitas asumir para crecer. Perdona y agradece a los perpetradores, pues ellos son tus maestros.
Despídete con amor
Cierra este capítulo con un ejercicio muy sencillo: escribe un hermoso deseo para aquella persona que te ha ofendido o te hizo daño. Deséale lo mejor y despídete con afecto. Léelo en voz alta y luego quémalo con la llama de una vela blanca. Visualiza a esa persona despidiéndose con afecto. Así cierras el capítulo y te liberas de los pensamientos que te atan a esa realidad que ya no existe.
Alfonso León el “ARQUITECTO DE SUEÑOS“ coach, moderador, Experto en Feng Shui, astrologia y maestro de “La
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