Desde el personalísimo punto de vista de dos grandes de la industria como son los hermanos Coen, la cinta premiada en Cannes con la prestigiosa Palma de Oro en 1991, Barton Fink nos presenta una truculenta historia que nos transporta al submundo que rodea al maravilloso Hollywood a través de una trama que critica los quehaceres de la industria cinematográfica y el rocambolesco trasfondo exento de glamour que llena los despachos de los productores.Contando la historia de un escritor de teatro contratado para escribir el guion de lo que supondrá todo un éxito en taquilla interpretado por un magnífico John Turturro, actor fetiche del dúo de directores, el cual vivirá una crisis conocida como el más que común “bloqueo de escritor”. Un tema explotado hasta la saciedad en la literatura del maestro Stephen King es el citado bloqueo artístico que conlleva al protagonista a vivir una verdadera pesadilla cuando lo real y lo irreal se confundan en su mente y sufra en sus carnes la visita de un perturbador personaje (magnífico John Goodman), y como si estuviésemos ante una novela del autor de Maine, el espectador es testigo de la pesadilla a la que sucumbirá nuestro escritor incapaz de elaborar un guion.Nadando entre el cine negro y el suspense y con un toque de comedia pura (amor eterno a Steve Buscemi como recepcionista del mugriento hotel donde se hospeda el personaje de Turturro), la película encamina perfectamente hacia un desenlace onírico que abre una ventana más a la imaginación de Barton Fink, nuestro protagonista, y que supondrá un enervado más que correcto para una trama que engancha desde el primer fotograma donde las relaciones entre unos personajes creados a imagen y semejanza del cine de los Coen en estado puro, hacen que nos enamoremos de ellos y que hagamos volar nuestra imaginación a través de esa imagen de la joven sentada a orillas del mar. Una maravillosa obra maestra.Lo mejor: John Goodman.Lo peor: Buscemi sale poco.
BARTON FINK (Ethan & Joel Cohen, 1991)
Desde el personalísimo punto de vista de dos grandes de la industria como son los hermanos Coen, la cinta premiada en Cannes con la prestigiosa Palma de Oro en 1991, Barton Fink nos presenta una truculenta historia que nos transporta al submundo que rodea al maravilloso Hollywood a través de una trama que critica los quehaceres de la industria cinematográfica y el rocambolesco trasfondo exento de glamour que llena los despachos de los productores.Contando la historia de un escritor de teatro contratado para escribir el guion de lo que supondrá todo un éxito en taquilla interpretado por un magnífico John Turturro, actor fetiche del dúo de directores, el cual vivirá una crisis conocida como el más que común “bloqueo de escritor”. Un tema explotado hasta la saciedad en la literatura del maestro Stephen King es el citado bloqueo artístico que conlleva al protagonista a vivir una verdadera pesadilla cuando lo real y lo irreal se confundan en su mente y sufra en sus carnes la visita de un perturbador personaje (magnífico John Goodman), y como si estuviésemos ante una novela del autor de Maine, el espectador es testigo de la pesadilla a la que sucumbirá nuestro escritor incapaz de elaborar un guion.Nadando entre el cine negro y el suspense y con un toque de comedia pura (amor eterno a Steve Buscemi como recepcionista del mugriento hotel donde se hospeda el personaje de Turturro), la película encamina perfectamente hacia un desenlace onírico que abre una ventana más a la imaginación de Barton Fink, nuestro protagonista, y que supondrá un enervado más que correcto para una trama que engancha desde el primer fotograma donde las relaciones entre unos personajes creados a imagen y semejanza del cine de los Coen en estado puro, hacen que nos enamoremos de ellos y que hagamos volar nuestra imaginación a través de esa imagen de la joven sentada a orillas del mar. Una maravillosa obra maestra.Lo mejor: John Goodman.Lo peor: Buscemi sale poco.
Desde el personalísimo punto de vista de dos grandes de la industria como son los hermanos Coen, la cinta premiada en Cannes con la prestigiosa Palma de Oro en 1991, Barton Fink nos presenta una truculenta historia que nos transporta al submundo que rodea al maravilloso Hollywood a través de una trama que critica los quehaceres de la industria cinematográfica y el rocambolesco trasfondo exento de glamour que llena los despachos de los productores.Contando la historia de un escritor de teatro contratado para escribir el guion de lo que supondrá todo un éxito en taquilla interpretado por un magnífico John Turturro, actor fetiche del dúo de directores, el cual vivirá una crisis conocida como el más que común “bloqueo de escritor”. Un tema explotado hasta la saciedad en la literatura del maestro Stephen King es el citado bloqueo artístico que conlleva al protagonista a vivir una verdadera pesadilla cuando lo real y lo irreal se confundan en su mente y sufra en sus carnes la visita de un perturbador personaje (magnífico John Goodman), y como si estuviésemos ante una novela del autor de Maine, el espectador es testigo de la pesadilla a la que sucumbirá nuestro escritor incapaz de elaborar un guion.Nadando entre el cine negro y el suspense y con un toque de comedia pura (amor eterno a Steve Buscemi como recepcionista del mugriento hotel donde se hospeda el personaje de Turturro), la película encamina perfectamente hacia un desenlace onírico que abre una ventana más a la imaginación de Barton Fink, nuestro protagonista, y que supondrá un enervado más que correcto para una trama que engancha desde el primer fotograma donde las relaciones entre unos personajes creados a imagen y semejanza del cine de los Coen en estado puro, hacen que nos enamoremos de ellos y que hagamos volar nuestra imaginación a través de esa imagen de la joven sentada a orillas del mar. Una maravillosa obra maestra.Lo mejor: John Goodman.Lo peor: Buscemi sale poco.