Hay muchas formas de decírselo y desde muchos ámbitos. Desde el gobierno, desde los partidos políticos, desde la justicia, desde la prensa… Hay que dejar bien claro a los ciudadanos quienes son esas víctimas y qué pretenden. También hay que aclarar que no todas las asociaciones de víctimas son igual.
Básicamente hay dos tipos de víctimas: Las que “pasaban por allí” y las que formaban parte del “ejército vencedor”. Me parece muy lícito que se organicen en asociaciones y que defiendan sus intereses, pero hay que decir públicamente que cuando defienden la postura patriótica de la parte ganadora, entonces están haciendo política. El nacionalismo español puede ser asumido por cualquiera, como otro puede asumir el nacionalismo vasco, pero cuando asumen esta postura, entonces dejan de ser “víctimas” y pasan a ser políticos. Deberíamos saberlo aunque vayan vestidos de víctimas.
No sería justo que todos los palos fueran para los patrióticos de una sola parte, los de “la otra” también tienen su “mérito”. Algunos patriotas vascos se alzaron en armas contra una dictadura en los años 60; si alguien piensa que aquello estaba justificado porque no había forma de hablar y que la única forma de hacer daño y que les escucharan era mediante la violencia, podría comprenderse, aunque esta nunca debería utilizarse. Pero el que esa lucha continuara después de la muerte del dictador durante otros 35 años más, esto ya no sería tan comprensible. Sólo se entendería en clave de continuidad, de transición. Es decir, que de una u otra forma, los mismos que impidieron el diálogo durante el franquismo, han continuado negándolo durante la democracia.
¿Creen las víctimas que sólo porque “han ganado” (en las guerras pocos ganan), van a humillar al contrario? ¿No se dan cuenta que en las negociaciones por una paz social se tienen que incluir medidas de gracia? ¿Quién mejor para ofrecer compasión a la otra parte, que la Institución del orden legal? Al ser magnánima la legalidad ganadora, ¿no le da más razón si cabe?
Pues no, tienen que venir las patrióticas víctimas y tienen que meter baza. ¿Es que acaso en la otra parte no hay víctimas también? Que se lo han buscado? Por favor, no seamos simples y demagogos. Vayamos un poco más allá. No nos dejemos manipular. Observemos, pensemos por nosotros mismos, seamos críticos e independientes. No deberíamos conformarnos con nuestra ceguera, dejemos fuera las pasiones y visceralidades implantadas. Usemos el raciocinio.
Deberíamos dejarnos de historias y pensar que las personas están primero, después pueden ser las patrias, si se quiere. No deberíamos dejarnos enredar. Exijamos a los poderes públicos que planten cara a esas organizaciones que si por ellas fuera, aunque peligrara la paz social, querrían humillar y destrozar al “enemigo”. La venganza nunca ha sido buena. Hay que pasar página. Alguien tendrá que decirlo, nosotros desde nuestro blog aportamos humildemente un granito de arena.
Caña a la visceralidad. Caña a la ausencia de raciocinio.
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