Alguien va a tener que parar los pies a las víctimas del terrorismo

Publicado el 27 abril 2012 por Jocoma
Ya sé que lo que voy a decir es políticamente incorrecto, pero cuando lo que quiero expresar es por el bien de la inmensa mayoría de ciudadanos que quieren vivir en paz, no tengo más remedio que decirlo. Lo siento si soy cruel. Cuando lo que está en juego es la paz y la cohesión social, alguien debería plantarles cara y ponerlos en su sitio.
Hay muchas formas de decírselo y desde muchos ámbitos. Desde el gobierno, desde los partidos políticos, desde la justicia, desde la prensa… Hay que dejar bien claro a los ciudadanos quienes son esas víctimas y qué pretenden. También hay que aclarar que no todas las asociaciones de víctimas son igual.
Básicamente hay dos tipos de víctimas: Las que “pasaban por allí” y las que formaban parte del “ejército vencedor”. Me parece muy lícito que se organicen en asociaciones y que defiendan sus intereses, pero hay que decir públicamente que cuando defienden la postura patriótica de la parte ganadora, entonces están haciendo política. El nacionalismo español puede ser asumido por cualquiera, como otro puede asumir el nacionalismo vasco, pero cuando asumen esta postura, entonces dejan de ser “víctimas” y pasan a ser políticos. Deberíamos saberlo aunque vayan vestidos de víctimas.
Algunas asociaciones “se han enfadado” porque el gobierno quiere trasladar los presos de ETA a cárceles de Euskadi sin que se les haya informado y sin que entre los requisitos se incluya pedirles perdón. Y enseguida todos a temblar. Pero ¿qué se ha creído esa gente? Dejando aparte los desgraciados que “pasaban por allí”, está claro que las víctimas formaban parte del “ejército” de los vencedores; y ellos lo saben. Ya han tenido sus compensaciones, sus indemnizaciones, sus pensiones y sus medallas. Ya sé que todo esto no les va a devolver sus seres queridos, que no les curará de su invalidez para siempre, pero deben tener claro que todo tiene un límite. Las víctimas que estaban luchando en esta guerra sabían a lo que se exponían. La nación les podrá estar muy agradecida, pero ya les ha compensado, no les ha dejado en la estacada. Mala suerte, les tocó; deben irse a sus casas, recoger lo que les han dado, estar calladitos y dejar de incordiar en nombre de ninguna patria que siempre estará por debajo de las vidas y el bienestar de sus ciudadanos.
¿Cuántas veces hemos visto a los veteranos de los EEUU vestidos con anacrónicos uniformes en concertaciones políticas? Aquel país no es este. En Europa el nacionalismo se ve de otra manera. Allí tiene que sacarse la banderita para demostrar que estás en la onda. ¡Que hagan lo que quieran! Aquí debemos tenerlo claro y plantar cara a esos “patrióticos” devenidos por desgracia y por sus intereses.
No sería justo que todos los palos fueran para los patrióticos de una sola parte, los de “la otra” también tienen su “mérito”. Algunos patriotas vascos se alzaron en armas contra una dictadura en los años 60; si alguien piensa que aquello estaba justificado porque no había forma de hablar y que la única forma de hacer daño y que les escucharan era mediante la violencia, podría comprenderse, aunque esta nunca debería utilizarse. Pero el que esa lucha continuara después de la muerte del dictador durante otros 35 años más, esto ya no sería tan comprensible. Sólo se entendería en clave de continuidad, de transición. Es decir, que de una u otra forma, los mismos que impidieron el diálogo durante el franquismo, han continuado negándolo durante la democracia.
¿Creen las víctimas que sólo porque “han ganado” (en las guerras pocos ganan), van a humillar al contrario? ¿No se dan cuenta que en las negociaciones por una paz social se tienen que incluir medidas de gracia? ¿Quién mejor para ofrecer compasión a la otra parte, que la Institución del orden legal? Al ser magnánima la legalidad ganadora, ¿no le da más razón si cabe?
Pues no, tienen que venir las patrióticas víctimas y tienen que meter baza. ¿Es que acaso en la otra parte no hay víctimas también? Que se lo han buscado? Por favor, no seamos simples y demagogos. Vayamos un poco más allá. No nos dejemos manipular. Observemos, pensemos por nosotros mismos, seamos críticos e independientes. No deberíamos conformarnos con nuestra ceguera, dejemos fuera las pasiones y visceralidades implantadas. Usemos el raciocinio.
Deberíamos dejarnos de historias y pensar que las personas están primero, después pueden ser las patrias, si se quiere. No deberíamos dejarnos enredar. Exijamos a los poderes públicos que planten cara a esas organizaciones que si por ellas fuera, aunque peligrara la paz social, querrían humillar y destrozar al “enemigo”. La venganza nunca ha sido buena. Hay que pasar página. Alguien tendrá que decirlo, nosotros desde nuestro blog aportamos humildemente un granito de arena.
Caña a la visceralidad. Caña a la ausencia de raciocinio.

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