Autor: Peter Cameron
Editorial: Libros del Asteroide
Número de páginas: 246
Precio: 18 €
Sinopsis [de anobii]: James Sveck, el narrador de esta novela, es un adolescente inteligente y precoz, ha terminado el colegio y durante el verano trabaja en la galería de arte que su madre tiene en Manhattan y en la que casi nunca entra a nadie. Pese a haber sido admitido en la prestigiosa Universidad de Brown no está seguro de querer ir; lo que de verdad le gustaría es comprarse una casa en el campo y pasarse el día leyendo, sin ser molestado; detesta relacionarse con gente de su edad, a la que evita y con la que piensa que no tiene nada en común.
Esta es una de las novelas que he recibido de Price Minister. Realmente es la que pedí de regalo por apuntar a un amigo, pero como la oficial tiene más de 600 páginas y se retrasó tantísimo el envió, decidí cambiarlas, y menos mal, porque si no, no habría tenido la reseña a tiempo.
Esta novela engancha. No es la primera vez que me quedo gratamente sorprendida con la narración de un libro editado por Asteroide, pero me sigo maravillando con la calidad de sus obras. Hasta ahora, no he tenido ninguna decepción, aunque también es verdad que no me atrae absolutamente todo lo que publican.
De Algún día este dolor te será útil me atrajeron las reseñas positivas y la trama que me recordaba un poco a El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger. Holden, al igual que James, era un adolescente perdido, pero más allá no llega el parecido, puesto que Peter Cameron ha sabido enfocar la novela de una forma diferente y que el recuerdo sea simplemente en dos protagonistas perdidos en un mundo que no entienden.
Se lee en un suspiro, porque es imposible parar de leer. Es breve, intensa, con las descripciones justas y sin una palabra de más, ni de menos. La medida justa de párrafos y páginas para atraernos a una historia sobre la búsqueda personal del protagonista, sin llegar a cansarnos.
Está narrada en primera persona del pasado por el propio James, por lo que asistimos a sus reflexiones, que son tremendamente interesantes. Lo mejor de la novela, junto con los brillantes diálogos que tiene con la psiquiatra y con Nanette. Lo curioso de esta narración es que no es lineal, sino que cada capítulo corresponde a una fecha y no siempre es correlativa. Al principio va saltando de adelante a atrás, sólo unos meses, y ya al final, nos cuenta cronológicamente lo que va sucediendo.
Los personajes son magistrales, tridimensionales, que consiguen emocionar al lector, para bien en algunos casos, y para mal en la mayoría. La gente real suele tener más defectos que virtudes, sobre todo si lo que tienes es desde el punto de vista de un adolescente apático y triste. James, el protagonista, es un personaje muy complejo. Aparentemente lo tiene todo, pero no consigue ser feliz, ni encajar. No le gusta la gente, especialmente la de su edad, así que la idea de empezar la universidad le repele.
Quizá lo que menos me ha gustado sea el abrupto final, pero reconozco que en una obra de estas características, es difícil decidir cómo se termina.
En definitiva, es una novela que me ha gustado muchísimo, ha conseguido emocionarme y mantenerme pegada a sus páginas. No sé si será la novela del año, pero en mi lista de lecturas está entre los puestos más altos. ¡¡Visita mi blog y déjame un comentario!!