Cada vez más, me encuentro con perfiles que combinan aspectos personales con otros más profesionales, en redes sociales que hasta hace poco eran consideradas como redes de ocio. Poco a poco las personas se van dando cuenta de que todo lo que muestran, publican y difunden en cualquier red, afecta de alguna u otra forma el futuro profesional, e influye de forma directa en sus oportunidades laborales.
Ya no es suficiente con poseer un perfil profesional en LinkedIn y Xing, ahora es preciso mostrar esa profesionalidad en el resto de las redes; es necesario tomar conciencia de que lo que ahora somos, es la simple suma de todo lo que reflejamos en nuestros perfiles sociales combinados. Nos guste o no.
Aclaro que lo que aquí comento, no es una recomendación ni una opinión personal; es lo que está sucediendo en este preciso momento. Es el resultado inevitable de la transformación conceptual de las redes sociales desde el punto de vista profesional, sin importar si algunas de estas redes son consideradas, o no, como “redes profesionales” por definición.
Síntomas como la aplicación para publicar ofertas de empleo en Facebook o el elevado índice académico de los usuarios de Twitter, indican que la tendencia será la profesionalización de nuestros perfiles en cualquier red social.
¿Qué hacer si aún utilizas estas redes con fines netamente personales?
Tener un perfil personal, no significa que no puedas “profesionalizarlo” un poco, tanto en imagen como en información; pues para nada afecta a tu personalidad, más bien ganas en riqueza informativa.
Si aún no te convencen mis argumentos, puede que optes por ponerle “candados” a tus redes usando las opciones de privacidad, pero… ¿se puede llamar a eso “ser social”? Precisamente la intención de las redes sociales es compartir, interactuar, colaborar y relacionarse ¿no?
Si por el contrario, has entendido mi mensaje, pues es muy sencillo prepararte para afrontar esta tendencia: comienza desde ya a actualizar los perfiles de tus redes (todas) de forma coherente y homogénea, de forma que cualquiera que te busque, pueda encontrar a “la misma persona” siempre.
A partir de ahora, medita las acciones que llevas a acabo en Internet; cuida el contenido que subes a tus redes, escoge con cuidado tu foto de perfil, modera tu lenguaje y tu tono al publicar, comentar y difundir.
Recuerda que todo lo que has publicado, estás publicando o vas a publicar, quedará asociado a lo que eres per saecula seculorum. Es imposible poder predecir si ese comentario subido de tono que has publicado hoy, y que te parece tan gracioso, pueda afectarte dentro de cinco años; o que esa foto comprometedora que tanta gracia hace a tus amigos, pueda alejarte de acceder a una oferta de empleo el año que viene, por la forma en que la interpretó el seleccionador.
Las redes sociales son un lugar público muy concurrido, en donde estás a la vista de todo el mundo. Por lo que no es conveniente comportarse como si estuviésemos en la privacidad de nuestra casa y en la confianza de nuestros seres más cercanos.
Por las mismas razones culturales y “sociales” por las que para salir de casa nos vestimos con ropa y calzamos zapatos, y seguimos ciertas normas de convivencia en sociedad, igualmente hemos de considerar que las redes sociales son entornos en los que debemos dar la misma imagen que damos cuando estamos en público; independientemente de cuál sea.
Particularmente, soy de los que antes de contratar a alguien indago en sus redes sociales (en todas) y lo que encuentro “allí” influye mucho en mis decisiones. Al igual que yo, muchos profesionales también buscan en la Red intentando formase una mejor imagen del candidato. Así que, estés o no de acuerdo, las redes sociales son y se consolidarán como un filtro más del proceso de selección, por lo que es importante tomarlo en cuenta, sobre todo si estás buscando empleo.
Reflexión: No estoy del todo de acuerdo con este fenómeno de “profesionalización”, pues da la impresión de que en cierta forma no podemos usar las redes como mejor nos parece; pero eso no es lo que importa, sino cómo me afecta lo que está sucediendo; así que me adapto y no pierdo tiempo en resistirme a algo que es sin duda, inevitable.