En la última década del siglo pasado, en la medida que nos introducíamos en la sociedad de los conocimientos acompañados de Internet, las organizaciones tuvieron que plantearse cambiar la forma de gestionar. En esta época, de profundo cambio, necesitamos líderes innovadores para como decía D. Aranzadi "romper con el statu quo", es decir dirigir de otra forma, pues hay que gestionar intangibles apelando a la emoción, la persuasión, la motivación y la generación de entornos de confianza.
Personas interconectadas
Cada época ha tenido su sistema organizativo, en la revolución industrial fue la concentración de los trabajadores en la fábrica. A finales del siglo pasado el exterior (trabajo en red) e interior (unidades de negocio) se acercan con una fábrica cada vez más descentralizada. Y en esta época, aparece en el horizonte una fábrica dispersa con costes decrecientes de transacción y coordinación gracias a internet. Ahora el conocimiento es el factor crítico de competitividad, pero al mismo tiempo la digitalización creciente tiende a “robotizar” muchos procesos donde la creatividad no es importante.Y esta es la revolución que nos espera: la transformación digital, que no es cuestión de "herramientas" sino que va unida a la cultura, las personas y la necesidad de gestionar el talento (conocimientos, habilidades y capacidad de relación) del “trabajador de los conocimientos”.
En este nuevo paradigma de gestión, es necesario transformarse, lo cual no es fácil, pues sobre todo requiere verla en aquellos que lideran la organización, sin ese compromiso no podremos la voluntad de un trabajador con propósito de aprender, cooperar e innovar.
Problemas vs Necesidades
Los modelos de gestión emergentes se plantean una transformación, pasando de gestionar ventajas comparativas (Costes, Calidad, Atención al Cliente…) que resolvían problemas a desarrollar ventajas competitivas que satisfacen necesidades para ampliar el tamaño del mercado, según la lógica de la abundancia. Ahora bien, esto implica cambios profundos y entender que tenemos que pasar de la cultura del CONTROL a la del DESARROLLO.
Por otra parte, tenemos poco tiempo para hacerlo fuera del trabajo. Por eso tenemos que trabajar en la “frontera de la innovación” es decir en una organización abierta a la innovación, donde los cambios sean indicadores de los problemas que tenemos que resolver.
Sin embargo, esto no es suficiente, pues en una sociedad tan compleja y dinámica, ninguna empresa tiene por si sola los recursos suficientes para ser competitiva. En consecuencia, la empresa debe buscar oportunidades relacionadas con la colaboración y las alianzas, tal como hizo SynTech Research Spain. Además, como nos cuenta esta pyme, es también un proceso de aprendizaje altamente positivo, pues permite aprender a compartir y desarrollar intereses comunes, que son claves para alimentar la CONFIANZA y hacer productiva la relaciónEn definitiva, en esta época de transformación digital para crear una ventaja competitiva sostenible, las empresas deben aprender a gestionar intangibles y desarrollar una cultura de confianza tanto hacía el exterior como en el interior.