El pasado de los líderes de Podemos
es un filón para otros sectores, pretenden arrinconarlos en la extrema
izquierda y en ocasiones lo consiguen. En un partido recién nacido, el pasado de
sus líderes se generaliza y sustituye el pasado colectivo y está siendo una rémora para asentarse en el centro,
están tardando mucho en desligarse de él, no es fácil, perdiendo muchas energías y enredándose
en la madeja en vez de cortar, cambiar y avanzar. Ese pasado les ayudó
inicialmente a sumar gente de extrema izquierda y abstencionistas, pero ahora
se ven en la imperiosa necesidad de sumar centro -Pablo se declara patriota; grande el Papa Francisco; ni izquierda ni
derecha; el pueblo contra unos pocos, abajo contra los de arriba, los Botín no son casta…-
El problema surge porque ante su profusión
empieza a resultar difícil distinguir hasta donde serían expresiones tácticas
para atemperar episodios del pasado y sumar centro derecha, o realmente se
trataría de su poso ideológico, en este sentido muy confuso. Las intervenciones
se suceden, como la referida a la
invasión francesa de 1808salvada por
el pueblo español, tan cercana a las opiniones españolistas que rechazaban a los ilustrados, defensores de la
constitución de 1812, afrancesados en gran medida y contrarios las milicias
católicas del pueblo dirigidas por curas y fernandinos. Comprendo que el tema
es complejo, por ello poco indicado para lanzar proclamas tan patrióticas en
Sol.
Discutir de todo y no quedarse en
contraponer extremos, campo de batalla hacia dónde conduce la derechona y sus voceros desde medios de
prensa, radio y televisión, como hacen desde los gobiernos Aznar, asfixiando
todo debate y bloqueando toda posibilidad de encontrar caminos, lo cual conduce
a no poder debatir los problemas de crecimiento, modelo productivo, planes de
empleo, competitividad, aumento desigualdades, adaptación a la globalización,
regeneración democrática... Pero es que la nueva organización tampoco debate
seriamente esas cuestiones, lo cual se facilita con documentos ampliamente
difundidos, ello taparía inmediatamente los brotes del pasado y abrirían la
puerta a objetivos y modelos, así Dinamarca o Venezuela se aclararían bastante,
modelos tan diversos que hoy conviven dentro de la diversa gente que conforma
Podemos. Los argumentos tienen que contener opciones y posibles alternativas en
función de apoyos en relación a costes posibles, costos de aplicación y de no aplicación,
resultados previsibles a corto, senda de largo plazo, visión de futuro en la
que se enmarcan esas decisiones de corto plazo, dificultades previstas...
Las
dificultades de entender narraciones en distinta onda de la que
tradicionalmente tengan los grupos, son muy grandes, miren ejemplos extremos
para entender la protección del cerebro a nuestras creencias: las personas
religiosas se cierran ante la pederastia de curas y obispos, los franquistas y
su cerrazón ante la ignominia de las fosas por los caminos de España, los
comunistas no quieren saber de los gulags, etc. etc. Pocos aceptan leer o
escuchar argumentos si ello incomoda sus convicciones, el problema es que
vivimos momentos en los que se necesitan grandes transformaciones que no se
contienen solo en el debate derecha-izquierda, el hartazgo es tremendo y las
costuras que hasta ahora han contenido pueden reventar. ¿Por qué las opiniones
del pasado de unos individuos tienen tanto peso en los juicios sobre una
organización recién nacida?, porque existe un fuerte hiperliderazgo que provoca
que todo el mensaje se polarice en sus élites.